“Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces
verás claro para sacar
la mota del ojo de tu hermano. “
3 DE
MARZO
VIII
DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO ©
Primera
Lectura: Eclesiástico 27,5-8
No alabes
a nadie antes de que hable.
Salmo 91
¡Qué
bueno es darte gracias, Señor!
Segunda
Lectura: 1 Corintios 15,54-58
Nos ha
dado la victoria por nuestro Señor Jesucristo.
EVANGELIO
DEL DÍA
Lucas
6,39-45
“En aquel tiempo, dijo Jesús a los discípulos una parábola:
«Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? Un
discípulo no es más que su maestro, si bien, cuando termine su aprendizaje,
será como su maestro. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el
ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu
hermano: “Hermano, déjame que te saque la mota del ojo”, sin fijarte en la viga
que llevas en el tuyo? Hipócrita! Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces
verás claro para sacar la mota del ojo de tu hermano. No hay árbol sano que dé
fruto dañado, ni árbol dañado que dé fruto sano. Cada árbol se conoce por su
fruto; porque no se cosechan higos de las zarzas, ni se vendimian racimos de
los espinos. El que es bueno, de la bondad que atesora en su corazón saca el
bien, y el que es malo, de la maldad saca el mal; porque lo que rebosa del
corazón, lo habla la boca!”
Versión
para América Latina, extraída de la Biblia del pueblo de Dios.
“Jesús hizo a sus discípulos esta comparación: "¿Puede
un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en un pozo?
El discípulo no es superior al maestro; cuando el discípulo
llegue a ser perfecto, será como su maestro.
¿Por qué miras la paja que hay en el ojo de tu hermano y no
ves la viga que está en el tuyo?
¿Cómo puedes decir a tu hermano: 'Hermano, deja que te saque la
paja de tu ojo', tú, que no ves la viga que tienes en el tuyo? ¡Hipócrita!,
saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la paja del
ojo de tu hermano."
No hay árbol bueno que dé frutos malos, ni árbol malo que dé
frutos buenos:
cada árbol se reconoce por su fruto. No se recogen higos de
los espinos ni se cosechan uvas de las zarzas.
El hombre bueno saca el bien del tesoro de bondad que tiene
en su corazón. El malo saca el mal de su maldad, porque de la abundancia del
corazón habla la boca.”
REFLEXIÓN
- ¿Puede un ciego guiar
a otro ciego? ¿No caerán ambos en el hoyo? Sed lúcidos, decía Jesús, a través
de esa imagen concreta.
No os dejéis arrastrar sin verificar antes dónde vais y a quién seguís.
Hay falsos conductores, falsos profetas que engañan al pueblo... Tened
los ojos muy abiertos.
- ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo, y no
reparas en la viga que llevas en el tuyo? (palabra enlace: el ciego, el ojo)
Sed lúcidos, primero, para vosotros mismos, decía Jesús a través de esa otra
imagen concreta. Vosotros que desconfiáis tanto de los falsos-conductores, de
los falsos-profetas, que criticáis tan fácilmente a vuestros responsables, o a
vuestros hermanos... mirad pues en el fondo de vuestra propia vida...
¡Abrid los ojos sobre vosotros mismos! Criticaos; sed vosotros objeto de
vuestra propia crítica.
Vosotros que percibís tan fácilmente los defectos de la Iglesia, de los
sacerdotes, de los cristianos que no piensan como vosotros sobre ciertos
puntos... Procurad también tener en cuenta vuestros propios defectos.
- ¿Cómo te permites decirle a tu hermano: "Hermano, déjame que te
saque la mota del ojo", sin fijarte en la viga que llevas en el tuyo...?
¡Te equivocas! Sácate primero la viga de tu ojo." El traductor, aquí, ha
estado muy amable y ha suavizado el apóstrofe de Jesús. El texto griego
auténtico es mucho más fuerte: "¡Hipócrita! sácate primero la viga de tu
ojo". Y nosotros, ¿no tratamos también a veces de suavizar el evangelio?
¡No nos gustan las palabras fuertes! Sobre todo si nos van dirigidas.
De nuevo hay que hacer notar, que no se trata sólo de los demás...
Ciertamente es a mí a quien Jesús dice que soy hipócrita cuando critico a los
demás.
¡Cuánto más agradable sería la vida a nuestro alrededor si fuéramos más
exigentes con nosotros que con los demás; si nos aplicáramos todos los buenos
consejos que prodigamos a los demás; si tuviéramos el mismo afán en mejorarnos
a nosotros mismos, que el que tenemos en mejorar a los demás! ¿No habéis notado
que, cuando algo va mal, siempre echamos la culpa a "los otros"?: si
los gobiernos hicieran esto... si los sindicatos no hicieran tal cosa... si los
patronos se portaran de ese modo... si los obreros fueran de esa otra manera...
si los sacerdotes hicieran mejor su trabajo... si mi esposo, si mi esposa... si
mis vecinos...
-Sácate primero la viga de tu ojo, entonces verás claro y podrás sacar la
mota del ojo de tu hermano.
La "revisión de vida" es un ejercicio espiritual eminentemente
evangélico: se trata de reconsiderarse a sí mismo, de revisar, de repasar la
propia vía y los propios compromisos.
¡Sería una horrenda caricatura de la revisión de vida si la
transformáramos en una empresa de crítica de los demás! Señor, haznos lúcidos y
clarividentes; así podremos intentar ayudar a nuestros hermanos a ver también
más claro.
ENTRA EN TU INTERIOR
MENTIRA
¿Acaso puede un ciego
guiar a otros ciegos?
La veracidad ha sido
siempre una preocupación importante en la educación. Lo hemos conocido desde
niños. Nuestros padres y educadores podían «entender» todas nuestras
travesuras, pero nos pedían ser sinceros. Nos querían hacer ver que «decir la
verdad» es algo muy importante.
Tenían razón. La verdad
es uno de los pilares sobre los que se asienta la conciencia moral y la
convivencia. Sin verdad no es posible vivir con dignidad. Sin verdad no es
posible una convivencia justa. El ser humano se siente traicionado en una de
sus exigencias fundamentales.
Siempre he tenido la
sensación de que se condena con fuerza toda clase de atropellos y abusos, pero
no siempre se denuncia con la misma energía la mentira con que se intenta
enmascararlos. Y, sin embargo, las injusticias se alimentan siempre a sí mismas
con la mentira. Sólo falseando la realidad es posible llevar a cabo una guerra
injusta como las que ocurren en muchos países.
Sucede muchas veces.
Los grupos de poder ponen en marcha múltiples mecanismos para influir en la
opinión pública y llevar a la sociedad hacia una determinada posición. Pero,
con frecuencia, lo hacen ocultando la verdad y desfigurando los datos, de
manera que las gentes llegan a vivir con una visión falseada de la realidad.
Las consecuencias son
muy graves. Cuando se oculta la verdad, existe el riesgo de que vayan
desapareciendo los contornos del «bien» y del «mal». Ya no se puede distinguir
con claridad lo «justo» de lo «injusto». La mentira no deja ver las
injusticias. Somos como «ciegos» que tratan de guiar a otros «ciegos».
Cuando, estos días,
sigo la información que se nos proporciona sobre la situación de Venezuela,
Nicaragua y otros lugares. o escucho las declaraciones de los protagonistas, me
vienen a la mente esas certeras palabras de Jesús: «Quien obra mal detesta la
luz y no se acerca a la luz, para que no delate sus acciones» (Jn 3, 20).
Frente a tantos
falseamientos interesados, siempre hay personas que tienen la mirada limpia y
ven la realidad tal como es. Son los que están atentos al sufrimiento de los
inocentes. Ellos ponen verdad en medio de tanta mentira. Ponen luz en medio de
tanto oscurecimiento.
José Antonio Pagola
ORA EN TU INTERIOR
Padre santo, dame sabiduría y docilidad de espíritu para cumplir tu
voluntad en mi vida, para ser árbol bueno que de buenos y abundantes frutos.
Dame humildad para mirarme en mi interior, antes que juzgar o condenar a
mi hermano por la apariencia y no por la abundancia de su corazón.
Haz, Señor, que no sea ciego y guía ciego en mi comunidad, que ilumine
con tu luz y conduzca con tu palabra y con tu gracia, que sea instrumento de
paz, de perdón y de misericordia, que esté en estado de conversión constante.
ORACIÓN
Padre, te doy gracias porque me has dado la victoria sobre la muerte por
medio de tu Hijo. Ayúdame a mantenerme firme y constante en la fe, para
trabajar sin reserva por tu Reino y alcanzar la corona de la salvación.
Expliquemos
el Evangelio a los niños.
Imágenes
de Paxi Velasco FANO
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