domingo, 31 de enero de 2021

7 DE FEBRERO: V DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO B

 

“Curó a muchos que se encontraban mal con diversas enfermedades

 y expulsó muchos demonios…”

7 DE FEBRERO

V DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO (B)

Primera Lectura: Job 7,1-4.6-7

Se me han asignado noches de dolor.

Salmo 146

Alabemos al Señor, nuestro Dios.

Segunda Lectura: 1 Corintios 9,16-19.22-23

¡Ay de mí, si no anuncio el Evangelio!

EVANGELIO DEL DÍA

Marcos 1,19-39

“En seguida, al salir de la sinagoga, fue a casa de Simón y Andrés, en compañía de Santiago y Juan.

La suegra de Simón yacía en la cama con fiebre. En seguida le hablaron de ella. Él se acercó, la cogió de la mano y la levantó; se le quitó la fiebre y se puso a servirles.

Caída la tarde, cuando se puso el sol, le fueron llevando a todos los que se encontraban mal y a los endemoniados. La ciudad entera estaba congregada a la puerta. Curó a muchos que se encontraban mal con diversas enfermedades y expulsó muchos demonios; y a los demonios no les permitía decir que sabían quién era.

De mañana, muy oscuro, se levantó y salió; se marchó a despoblado y allí se puso a orar.

Echó tras él Simón, y los que estaban con él. Lo encontraron y le dijeron:

- ¡Todo el mundo te busca!

 Él les respondió:

- Vámonos a otra parte, a las poblaciones cercanas, a predicar también allí, pues para eso he salido.

Fue predicando por las sinagogas de ellos, por toda Galilea, y expulsando los demonios.”

Versión para América Latina extraída de la Biblia del Pueblo de Dios.

“Jesús salió de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés.

La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron de inmediato.

Él se acercó, la tomó de la mano y la hizo levantar. Entonces ella no tuvo más fiebre y se puso a servirlos.

Al atardecer, después de ponerse el sol, le llevaron a todos los enfermos y endemoniados,

y la ciudad entera se reunió delante de la puerta.

Jesús curó a muchos enfermos, que sufrían de diversos males, y expulsó a muchos demonios; pero a estos no los dejaba hablar, porque sabían quién era él.

Por la mañana, antes que amaneciera, Jesús se levantó, salió y fue a un lugar desierto; allí estuvo orando.

Simón salió a buscarlo con sus compañeros,

y cuando lo encontraron, le dijeron: "Todos te andan buscando".

El les respondió: "Vayamos a otra parte, a predicar también en las poblaciones vecinas, porque para eso he salido".

Y fue predicando en las sinagogas de toda la Galilea y expulsando demonios.”

REFLEXIÓN

El paso de la sinagoga a la casa, y después a la calle, nos dice que Jesús lleva la salvación a todos los lugares en donde se desarrolla la vida y a todas las personas que tienen necesidad de liberación.

Con toda naturalidad se nos habla de la suegra de Pedro, aunque nunca se hable de la esposa. En aquella sociedad era impensable el estado de soltero.

“La cogió de la mano y la levantó. Para decir que la levantó, Marcos emplea, el mismo verbo, con el que designa la resurrección. Está claro el sentido que le quiere dar.

“Se le pasó la fiebre y se puso a servirles”. Jesús cura para que la mujer pueda servir. En el mundo griego, el servicio (diakonía) se consideraba una deshumanización. En las primeras comunidades cristianas, era el signo de seguimiento de Jesús.

El verbo que se utiliza en griego es dihkonei = servía. Los cristianos eligieron precisamente la palabra “diakonía” para expresar el nuevo fundamento de las relaciones humanas en la comunidad. El mismo Jesús dirá que no ha venido a ser servido, sino a servir.

“Al anochecer...” Nos está indicando que los que se admiraban de las palabras y obras de Jesús, no habían superado la dependencia de la Ley, que era la causa de la opresión. Al ponerse el sol terminaba el sábado, y la obligación de descanso. Por lo tanto, ya podían ellos llevar a los enfermos y Jesús curar, sin faltar al primer precepto de la Ley.

“Cura a muchos y expulsa muchos demonios”. Todos buscan a Jesús para ser curados. Aquí debemos hacer una profunda reflexión. En todos los evangelios se comienza con un éxito espectacular de la predicación de Jesús. Más tarde se verá que no les interesa nada más que ese beneficio material de ser atendidos en sus necesidades.

“Se marcha a descampado y allí se puso a orar”. Es muy significativo que en muchos lugares de los cuatro evangelios se diga que Jesús se retiró a orar. "Se levantó de madrugada, se fue a un descampado y allí se puso a orar". "Pasó la noche en oración". "Por la mañana estaba allí sólo".

Es la clave de la vida de Jesús. Descubrir lo que era su Abba para él, fue la clave de su espiritualidad.

El domingo pasado decía el evangelio que hablaba con autoridad, no como los letrados. La clave está en este descubrimiento continuado de la presencia de Dios en él. A pesar de la absorbente actividad, encontraba tiempo para estar a solas consigo mismo. Los evangelios nos dicen que también iba al templo, pero el verdadero encuentro con Dios lo realizaba a solas y en medio de la naturaleza.

 “¡Todo el mundo te busca!” En el relato encontramos tres exageraciones intencionadas: todo el mundo te busca; la población entera; todos los enfermos y poseídos.

Los discípulos están en la misma dinámica que la gente. No quieren que su Maestro pierda la ocasión de afianzar su prestigio y su poder. Pero Jesús sabía muy bien lo que tenía que hacer: “Vámonos a otra parte”. Ha venido para predicar, no para presumir y arrollar con un éxito espectacular.

El evangelio es buena noticia, pero no siempre la buena noticia coincide con lo que la gente espera. Deja entrever que la búsqueda es sólo interés egoísta.



ENTRA EN TU INTERIOR

RETIRARSE A ORAR

En medio de su intensa actividad de profeta itinerante, Jesús cuidó siempre su comunicación con Dios en el silencio y la soledad. Los evangelios han conservado el recuerdo de una costumbre suya que causó honda impresión: Jesús solía retirarse de noche a orar.

El episodio que narra Marcos nos ayuda a conocer lo que significaba la oración para Jesús. La víspera había sido una jornada dura. Jesús «había curado a muchos enfermos». El éxito había sido muy grande. Cafarnaúm estaba conmocionada: «La población entera se agolpaba» en torno a Jesús. Todo el mundo hablaba de él.

Esa misma noche, «de madrugada», entre las tres y las seis de la mañana, Jesús se levanta y, sin avisar a sus discípulos, se retira al descampado. «Allí se puso a orar». Necesita estar a solas con su Padre. No quiere dejarse aturdir por el éxito. Sólo busca la voluntad del Padre: conocer bien el camino que ha de recorrer.

Sorprendidos por su ausencia, Simón y sus compañeros corren a buscarlo. No dudan en interrumpir su diálogo con Dios. Sólo quieren retenerlo: «Todo el mundo te busca». Pero Jesús no se deja programar desde fuera. Sólo piensa en el proyecto de su Padre. Nada ni nadie lo apartará de su camino.

No tiene ningún interés en quedarse a disfrutar de su éxito en Cafarnaúm. No cederá ante el entusiasmo popular. Hay aldeas que todavía no han escuchado la Buena Noticia de Dios: «Vamos… para predicar también allí».

Uno de los rasgos más positivos en el cristianismo contemporáneo es ver cómo se va despertando la necesidad de cuidar más la comunicación con Dios, el silencio y la meditación. Los cristianos más lúcidos y responsables quieren arrastrar a la Iglesia de hoy a vivir de manera más contemplativa.

Es urgente. Los cristianos, por lo general, ya no sabemos estar a solas con el Padre. Los teólogos, predicadores y catequistas hablamos mucho de Dios, pero hablamos poco con él. La costumbre de Jesús se olvidó hace mucho tiempo. En las parroquias se hacen reuniones de trabajo, pero no sabemos retirarnos para descansar en la presencia de Dios y llenarnos de su paz.

Cada vez somos menos para hacer más cosas. Nuestro riesgo es caer en el activismo, el desgaste y el vacío interior. Sin embargo, nuestro problema no es tener muchos problemas, sino tener la fuerza espiritual necesaria para enfrentarnos a ellos.

José Antonio Pagola

ORA EN TU INTERIOR

La solución al problema vital del hombre no puede venir de fuera, la tenemos que encontrar dentro. Sólo un conocimiento de lo hondo del ser nos descubrirá lo que somos. El hombre tiene que aceptar sus limitaciones. Pero tiene que descubrir que esas limitaciones no le impiden alcanzar su plenitud. Conocerme a mí mismo es conocer a Dios como base y fundamento de mi propio ser. Ser fiel a sí mismo es la única manera de ser fiel a Dios.

ORACIÓN

Señor Dios, que quisiste hacernos partícipes de un mismo pan y un mismo cáliz, concédenos vivir del tal manera, que, hechos uno en Cristo, demos fruto con alegría para la salvación del mundo.

Expliquemos el Evangelio a los niños.

Imágenes de Patxi Velasco FANO

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domingo, 17 de enero de 2021

24 DE ENERO: III DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO B

 


“Se ha cumplido el plazo, está cerca el Reino de Dios.

Convertíos y creed en el Evangelio”

24 DE ENERO

III DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Primera Lectura: Jonás 3,1-5.10

Los ninivitas se convirtieron de su mala vida.

Salmo 24

Señor, enséñame tus caminos.

Segunda Lectura: 1 Corintios 7,29-31

La representación de este mundo se termina.

EVANGELIO DEL DÍA

Marcos 1,14-20

“Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía: “Se ha cumplido el plazo, está cerca el Reino de Dios. Convertíos y creed en el evangelio”. Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago, Jesús les dijo: “Venid conmigo y os haré pescadores de hombres”. Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. Los llamó, dejaron a su padre Zabedeo en su barca con los jornaleros y se fueron con él”.

Versión para América Latina, extraída de la Biblia del Pueblo de Dios.

“Después que Juan fue arrestado, Jesús se dirigió a Galilea. Allí proclamaba la Buena Noticia de Dios, diciendo:

"El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia".

Mientras iba por la orilla del mar de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que echaban las redes en el agua, porque eran pescadores.

Jesús les dijo: "Síganme, y yo los haré pescadores de hombres".

Inmediatamente, ellos dejaron sus redes y lo siguieron.

Y avanzando un poco, vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban también en su barca arreglando las redes. En seguida los llamó,

y ellos, dejando en la barca a su padre Zebedeo con los jornaleros, lo siguieron.”

REFLEXIÓN

La Palabra fue silencio durante años. En Palestina se oía más la voz poderosa de Juan, el profeta que venía del desierto. Pero la suerte de los profetas es arriesgada. Y Juan fue arrestado por Herodes.

Es entonces cuando Jesús sintió la urgencia de continuar la predicación de Juan. Y marchó a galilea. Desde esta insignificante región, el atril del mundo, la Palabra empezó a dar buenas noticias. Y llegan hasta nosotros. ¿No las has escuchado en tu corazón?

Empezó a hablar con palabras que tienen eco profético, especialmente el del Bautista:

Se ha cumplido el plazo.

Está cerca el Reino de Dios.

Convertíos y creed en la Buena Noticia.

El plazo:

Jonás hablaba de cuarenta días. La intención del profeta era de amenaza, Juan hablaba de la cercanía del Mesías. Su intención era de penitencia y preparación.

Jesús habla del plazo cumplido para el tiempo de la gracia. Más tarde diría: El Plazo es ¡ya!, el Plazo es ¡Hoy!

Está cerca el Reino de Dios:

Enseguida diría: “El Reino de Dios está entre vosotros” (Lc 17,21).

El Reino de Dios es el núcleo de toda la predicación de Jesús. Los reinos de la tierra son tiránicos, pero el Reino de Dios es salvador y liberador.

Si Dios reina, todo será nuevo. Ya no habrá injusticia ni miserias. Dios lo llenará todo de luz y de alegría. Y Dios estará con nosotros. ¿Qué podremos temer?

Convertíos y creed en la Buena Noticia:

La conversión no es cosa de hacer penitencias, sino de creer la Buena Noticia. Convertirse es creer, abrirse a Dios, ponerse en sus manos. Creed que Dios está cerca, que Dios está aquí.

Convertíos de la codicia a la confianza en Dios.

Convertíos de la soberbia a la humildad.

Convertíos de los egoísmos a la vida fraternal, como hijos de Dios.



ENTRA EN TU INTERIOR

IR DETRÁS DE JESÚS

Cuando el Bautista fue detenido, Jesús vino a Galilea y comenzó a «proclamar la Buena Noticia de Dios». Según Marcos, no enseña propiamente una doctrina para que sus discípulos la aprendan y difundan correctamente. Jesús anuncia un acontecimiento que está ya ocurriendo. Él lo está ya viviendo y quiere compartir su experiencia con todos.

Marcos resume así su mensaje: «Se ha cumplido el plazo»: ya no hay que mirar hacia atrás. «Está cerca el reino de Dios»: pues quiere construir un mundo más humano. «Convertíos»: no podéis seguir como si nada estuviera ocurriendo; cambiad vuestra manera de pensar y de actuar. «Creed en esta Buena Noticia». Este proyecto de Dios es la mejor noticia que podéis escuchar.

Después de este solemne resumen, la primera actuación de Jesús es buscar colaboradores para llevar adelante su proyecto. Jesús va «pasando junto al lago de Galilea». Ha comenzado su camino. Es un profeta itinerante que busca seguidores para hacer con ellos un recorrido apasionante: vivir abriendo caminos al reino de Dios. No es un rabino sentado en su cátedra, que busca alumnos para formar una escuela religiosa. Ser cristiano no es aprender doctrinas, sino seguirle a Jesús en su proyecto de vida.

El que toma la iniciativa es siempre Jesús. Se acerca, fija su mirada en aquellos cuatro pescadores y los llama a dar una orientación nueva a sus vidas. Sin su intervención, no nace nunca un verdadero cristiano. Los creyentes hemos de vivir con más fe la presencia viva de Cristo y su mirada sobre cada uno de nosotros Si no es él, ¿quién puede dar una nueva orientación a nuestras vidas?

Pero lo más decisivo es escuchar desde dentro su llamada: «Venid detrás de mí». No es tarea de un día. Escuchar esta llamada significa despertar la confianza en Jesús, reavivar nuestra adhesión personal a él, tener fe en su proyecto, identificarnos con su programa, reproducir en nosotros sus actitudes… y, de esta manera, ganar más personas para su proyecto.

Éste podría ser hoy un buen lema para una comunidad cristiana: ir detrás de Jesús. Ponerlo al frente de todos. Recordarlo cada domingo como el líder que va por delante de nosotros. Generar una nueva dinámica. Centrarlo todo en seguir más de cerca a Jesucristo. Nuestras comunidades cristianas se transformarían. La Iglesia sería diferente.

José Antonio Pagola

ORA EN TU INTERIOR

Padre de la misericordia, abre tu corazón a nuestras necesidades. Te decimos.: Tú eres nuestro Padre.

Que no falten testigos y profetas de la Palabra de Dios.

Que en todos los niveles, eclesiales y sociales, se promueva la conciencia del cambio, convirtiéndonos de la corrupción, el inmovilismo y los apegos a una vida según Dios.

Para que se desarrolle entre los cristianos el movimiento ecuménico, dando pasos hacia la unidad.

Por todos nosotros, para que seamos capaces de convertirnos de nuestros prejuicios y resentimientos y progresemos en la unidad, empezando por nuestras familias y comunidades.

ORACIÓN

Señor, hoy quiero darte gracias de corazón por tu constante perdón de mis continuos pecados de palabra y de obra. Que tu Espíritu me guíe por el camino de la vida y yo me deje guiar, hasta que mi corazón y mi vida sean reflejo de la tuya. Dando la espalda a los espíritus inmundos que me llevan a la muerte, quiero con toda mi alma que mi vida se mueva según los impulsos de tu Espíritu.

Expliquemos el Evangelio a los niños.

Imágenes de Patxi Velasco (FANO)


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domingo, 10 de enero de 2021

17 DE ENERO: II DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO B

“Estaba Juan con dos de sus discípulos y fijándose en Jesús que pasaba, dice:

“Este es el Cordero de Dios”

17 DE ENERO

II DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Primera Lectura: 1 Samuel 3,3-10.19

Habla, Señor, que tu siervo escucha.

Salmo 39

Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

Segunda Lectura: 1 Corintios 6,13-15.17-20

Vuestros cuerpos son miembros de Cristo.

EVANGELIO DEL DÍA

Juan 1,35-42

“Estaba Juan con dos de sus discípulos y fijándose en Jesús que pasaba, dice: “Este es el Cordero de Dios”. Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les preguntó:”¿Qué buscáis?”. Ellos le contestaron: “Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?”. Él les dijo: “Venid y lo veréis”. Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; serían las cuatro de la tarde. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encuentra primero a su hermano Simón y le dice: “Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo)”. Y lo llevó a Jesús. Jesús se le quedó mirando y le dijo: “Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que significa Pedro)”.

Versión para América Latina, extraída de la Biblia del Pueblo de Dios.

“Al día siguiente, estaba Juan otra vez allí con dos de sus discípulos

y, mirando a Jesús que pasaba, dijo: "Este es el Cordero de Dios".

Los dos discípulos, al oírlo hablar así, siguieron a Jesús.

El se dio vuelta y, viendo que lo seguían, les preguntó: "¿Qué quieren?". Ellos le respondieron: "Rabbí -que traducido significa Maestro- ¿dónde vives?".

"Vengan y lo verán", les dijo. Fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él ese día. Era alrededor de las cuatro de la tarde.

Uno de los dos que oyeron las palabras de Juan y siguieron a Jesús era Andrés, el hermano de Simón Pedro.

Al primero que encontró fue a su propio hermano Simón, y le dijo: "Hemos encontrado al Mesías", que traducido significa Cristo.

Entonces lo llevó a donde estaba Jesús. Jesús lo miró y le dijo: "Tú eres Simón, el hijo de Juan: tú te llamarás Cefas", que traducido significa Pedro.”

REFLEXIÓN

La respuesta vocacional a Dios que nos llama personalmente por nuestro nombre propio centra la primera lectura de hoy con el sencillo relato de la llamada del profeta Samuel, así como el evangelio que, a su vez, refiere la vocación de los primeros discípulos de Jesús de Nazaret.

El evangelio de hoy pertenece a una composición textual más amplia cuyo denominador común es el testimonio de Juan el Bautista sobre Jesús. El evangelio agrupa literariamente, en tres días consecutivos, acontecimientos que tuvieron lugar más espaciadamente en tiempo y lugar, como vemos en los sinópticos.

La narración de hoy se abre con el testimonio que el Bautista da sobre Jesús delante de dos de sus discípulos, Andrés y Juan, que siguen a Cristo a quien su maestro llama “Cordero de Dios, imagen y testimonio acordes con el Siervo de Yahvé que describe Isaías. Andrés, a su vez, atrae a su hermano Simón hacia Jesús, que le cambia el nombre de Simón por el de Cefas: “Piedra”.

Este es el tercer testimonio de Juan sobre Cristo, anota el autor del cuarto evangelio. Han precedido los que dio ante los enviados del templo de Jerusalén y ante todo el pueblo mientras bautizaba en el Jordán. En el texto de hoy se conjugan los verbos de toda vocación cristiana, que es llamada de Dios a la fe y a su amistad: buscar, encontrar, ver, seguir y permanecer en el Señor.

Somos hijos de Dios, y hoy se nos muestra  las consecuencias vitales de tal filiación: “Todo el que ha nacido de Dios no comete pecado, porque el germen de Dios permanece en él”. Los hijos de Dios se reconocen por la justicia, es decir, en el lenguaje bíblico: por la rectitud y fidelidad, así como por el amor a los hermanos. Exactamente como Jesús.

El evangelio nos muestra la gozosa experiencia que viven los primeros discípulos del Señor y cómo la comunican a los demás: “Hemos encontrado al Mesías, dice Andrés a su hermano Simón Pedro.  Igualmente, el cristiano de hoy ha de ser mensajero de una noticia similar para sus hermanos los hombres.

Ser cristiano hoy es ser testigo entre los hombres, nuestros hermanos, de en Jesucristo resucitado, salvador del mundo. Como testigos, hemos de mostrar en nuestra vida de bautizados, de creyentes y de redimidos que Jesús ha vencido el pecado en nuestra propia vida.

 


ENTRA EN TU INTERIOR

APRENDER A VIVIR

El evangelista Juan ha puesto un interés especial en indicar a sus lectores cómo se inició el pequeño grupo de seguidores de Jesús. Todo parece casual. El Bautista se fija en Jesús que pasaba por allí y les dice a los discípulos que lo acompañan: «Éste es el Cordero de Dios».

Probablemente, los discípulos no le han entendido gran cosa, pero comienzan a «seguir a Jesús». Durante un tiempo, caminan en silencio. No ha habido todavía un verdadero contacto con él. Están siguiendo a un desconocido y no saben exactamente por qué ni para qué.

Jesús rompe el silencio con una pregunta: «¿Qué buscáis?» ¿Qué esperáis de mí? ¿Queréis orientar vuestra vida en la dirección que llevo yo? Son cosas que es necesario aclarar bien. Los discípulos le dicen: «Maestro, ¿dónde vives?» ¿Cuál es el secreto de tu vida? ¿Qué es vivir para ti? Al parecer, no buscan conocer nuevas doctrinas. Quieren aprender de Jesús un modo diferente de vivir. Quieren vivir como él.

Jesús les responde directamente: «Venid y lo veréis». Haced vosotros mismos la experiencia. No busquéis información de fuera. Venid a vivir conmigo y descubriréis cómo vivo yo, desde dónde oriento mi vida, a quiénes me dedico, por qué vivo así.

Este es el paso decisivo que necesitamos dar hoy para inaugurar una fase nueva en la historia del cristianismo. Millones de personas se dicen cristianas, pero no han experimentado un verdadero contacto con Jesús. No saben cómo vivió, ignoran su proyecto. No aprenden nada especial de él.

Mientras tanto, en nuestras Iglesias no tenemos capacidad para engendrar nuevos creyentes. Nuestra palabra ya no resulta atractiva ni creíble. Al parecer, el cristianismo, tal como nosotros lo entendemos y vivimos, interesa cada vez menos. Si alguien se nos acercara a preguntarnos «dónde vivís» «qué hay de interesante en vuestras vidas», ¿cómo responderíamos?

Es urgente que los cristianos se reúnan en pequeños grupos para aprender a vivir al estilo de Jesús escuchando juntos el evangelio. Él es más atractivo y creíble que todos nosotros. Puede engendrar nuevos seguidores, pues enseña a vivir de manera diferente e interesante.

José Antonio Pagola

ORA EN TU INTERIOR

¡Dichoso el cristiano que no se cansa de mirar a Jesucristo! Quedará fascinado. Y, pase lo que pase, siempre volverá a su primer amor, pues la mirada de Cristo es la mirada infinitamente amorosa de Dios al hombre, a todo hombre. Quiero recordar hoy, Señor, el último diálogo de Pedro con Jesús, después de aquella noche imposible en que el discípulo creyó que podría volver a sus redes: -“Simón, hijo de Juan, ¿me amas?” –“¡Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo!”. Cuando se ha nacido de Dios, no se puede decir más que eso. El que ha nacido de Dios está embarcado en el amor. Yo quiero nacer de ti, Señor, quiero nacer de tu amor, de tu misericordia, de tu perdón y de tu gracia.

ORACIÓN

Señor, Jesús, Hijo amado del Padre, tú me ofreces tu vida como un tesoro inestimable.

Hazme sentir el arrebato del verdadero discípulo; haz que lo deje todo, lleno de gozo, para seguirte a ti siempre.

Tú eres la luz, Señor, Jesús, y quien te recibe tendrá la luz de la vida y descubrirá los caminos de la vida verdadera.

Explicar el Evangelio a los niños.

Imágenes de Patxi Velasco (FANO)

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domingo, 3 de enero de 2021

10 DE ENERO: FIESTA DEL BAUTISMO DEL SEÑOR.


Se oyó una voz del cielo: “Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto”

10 DE ENERO

FIESTA DE BAUTISMO DEL SEÑOR

Primera lectura: Isaías 55,1-11

Vengan por agua, escúchenme y vivirán

Salmo: Isaías 12

Sacarán agua con gozo de la fuente de la salvación.

Segunda lectura: 1ª carta de Juan 5,1-9

El Espíritu, el agua y la sangre.

EVANGELIO DEL DÍA

Marcos: 1,7-11

“En aquel tiempo, proclamaba Juan:

-“Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias.

Yo os bautizo con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo”

Por entonces llegó Jesús desde Nazaret de Galilea a que Juan lo bautizara en el Jordán.

Apenas salió del agua, vio rasgarse el cielo y al Espíritu bajar hacia él como una paloma. Se oyó una voz del cielo: -“Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto”

Versión para América Latina, extraída de la Biblia del Pueblo de Dios.

“En aquel tiempo, Juan predicaba, diciendo:

"Detrás de mí vendrá el que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de ponerme a sus pies para desatar la correa de sus sandalias.

Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero él los bautizará con el Espíritu Santo".

En aquellos días, Jesús llegó desde Nazaret de Galilea y fue bautizado por Juan en el Jordán.

Y al salir del agua, vio que los cielos se abrían y que el Espíritu Santo descendía sobre él como una paloma;

y una voz desde el cielo dijo: "Tú eres mi Hijo muy querido, en ti tengo puesta toda mi predilección."

REFLEXIÓN

Manifestación Bautismal. Una nueva Epifanía.

Después de la manifestación de la estrella a los Magos, Dios volvió al silencio. Durante años y años Dios se oculta. Jesús pasó unos treinta años en Nazaret, una vida normal de familia y trabajo. No hay palabras. No hay signos. Hay silencios, hay oración, hay trabajo, hay sencillez, hay familia. Si Juan presentía algo por aquello de la Visitación y sus saltos en el vientre materno, se cansaría de esperar. Lo mismo los pastores de Belén. A Simeón y Ana no les dio tiempo. José y María no tenían prisas, tan contentos de que Jesús estuviera con ellos.

Juan, efectivamente, se cansó de esperar. Aparece en el desierto y en el río como un terremoto espiritual. Su conciencia le empuja. Dios mismo le empuja a que predique la conversión. Hay un presentimiento. Tiene que hacer algo para adelantar la hora del Mesías. Diríamos que le facilita el terreno.

Y Jesús sale de su casa, de Nazaret. Él también esperaba su hora, pero no sabe cuándo. Porque él no actúa desde sí ni vive par sí, sino desde y para el Padre.

Jesús quiere también recibir el bautismo de Juan. Quiere escucharlo, quiere escuchar al que habla con palabras de fuego. Quiere renovarse con el rito bautismal. Quiere estar más cerca de Dios y llenarse más de Él.

En la cola de los pecadores

Jesús se llamaría así mismo Hijo del Hombre. Asumía toda la condición humana, su dignidad y sus capacidades, pero también sus llagas y sus miserias. No tiene  pecado, es semejante a nosotros en todo, menos en el pecado, pero quiere cargar con los pecados del hombre, “con los pecados del mundo”, diría Juan. Es una imagen reveladora. Cristo es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.

El Dios trinitario

Cuando Jesús entró en el agua es uno de los momentos de más ocultamiento de Jesús. ¿Quién podría pensar que era el Mesías, al verlo en la cola de los pecadores, sometiéndose a un bautismo de conversión para el perdón de los pecados? Hasta ahí llegó Jesús.

Pero cuando sube del agua, se abre el cielo, desciende la gracia, se manifiesta Dios. Una nueva Epifanía, como un anticipo de la Pascua, o del Tabor. Jesús se siente renacer.

Desciende el Espíritu, como paloma de paz, como ungüento de alegría, como energía de libertad, como fuerza de amor. Jesús sintió que el Espíritu de Dios lo penetraba, lo empapaba, lo llenaba de felicidad, lo resucitaba. Fue como el Pentecostés de Jesús. Una experiencia que marcará su vida. Siempre actuará movido por el Espíritu.

Esta experiencia de libertad, de perdón y resurrección se extenderá también a los hombres, a ti y a mí. Había asumido su pecado, ahora les devolvía la gracia.

La voz del Padre. Es como si el Padre quisiera presentar públicamente a su Hijo, una presentación en toda regla, una presentación a la Humanidad: Es mi Hijo amado, es mi predilecto. Es lo que más quiero. Estaba conmigo y os lo entrego. Pero yo estaré con él, porque no puedo dejar de amarle. Es mi Vida. Es todo lo que tengo.

La voz del Hijo. La palabra del Hijo no podía ser otra que: ¡Abba, Padre! Eco también de la palabra eterna. Una palabra llena de reconocimiento, de confianza, de gratitud y de amor. Sí, Padre. Lo que Tú quieras. Yo para esto he venido para reunir a los hijos dispersos e integrarlos en nuestra Comunión. He venido para dar vida, para dar mi vida, para vencer la muerte. He venido para limpiar el mundo de los espíritus del mal, y rehacer tu obra, para instaurar tu Reino. He venido para que te conozcan a ti, único Dios verdadero y a tu enviado Jesucristo.



ENTRA EN TU INTERIOR

ESCUCHAR LO QUE DICE EL ESPÍRITU

Los primeros cristianos vivían convencidos de que para seguir a Jesús es insuficiente un bautismo de agua o un rito parecido. Es necesario vivir empapados de su Espíritu Santo. Por eso en los evangelios se recogen de diversas maneras estas palabras del Bautista: «Yo os he bautizado con agua, pero él (Jesús) os bautizará con Espíritu Santo».

No es extraño que en los momentos de crisis recordaran de manera especial la necesidad de vivir guiados, sostenidos y fortalecidos por su Espíritu. El Apocalipsis, escrito en los momentos críticos que vive la Iglesia bajo el emperador Domiciano, repite una y otra vez a los cristianos: «El que tenga oídos, que escuche lo que el Espíritu dice a las Iglesias».

La mutación cultural sin precedentes que estamos viviendo, nos está pidiendo hoy a los cristianos una fidelidad sin precedentes al Espíritu de Jesús. Antes de pensar en estrategias y recetas automáticas ante la crisis, hemos de preguntarnos cómo estamos acogiendo hoy nosotros el Espíritu de Jesús.

En vez de lamentarnos una y otra vez de la secularización creciente, hemos de preguntarnos qué caminos nuevos anda buscando hoy Dios para encontrarse con los hombres y mujeres de nuestro tiempo; cómo hemos de renovar nuestra manera de pensar, de decir y de vivir la fe para que su Palabra pueda llegar hasta los interrogantes, las dudas y los miedos que brotan en su corazón.

Antes de elaborar proyectos pensados hasta sus últimos detalles, necesitamos transformar nuestra mirada, nuestra actitud y nuestra relación con el mundo de hoy. Necesitamos parecernos más a Jesús. Dejarnos trabajar por su Espíritu. Sólo Jesús puede darle a la Iglesia un rostro nuevo.

El Espíritu de Jesús sigue vivo y operante también hoy en el corazón de las personas, aunque nosotros ni nos preguntemos cómo se relaciona con quienes se han alejado definitivamente de la Iglesia. Ha llegado el momento de aprender a ser la «Iglesia de Jesús» para todos, y esto sólo él nos lo puede enseñar.

No hemos de hablar sólo en términos de crisis. Se están creando unas condiciones en las que lo esencial del evangelio puede resonar de manera nueva. Una Iglesia más frágil, débil y humilde puede hacer que el Espíritu de Jesús sea entendido y acogido con más verdad.

José Antonio Pagola

ORA EN TU INTERIOR.

El profeta nos invita a mirar al Siervo de Yahvé. No lleva armas ni alforja. No grita ni vocea. No amenaza ni castiga. No se doblega ni vacila. En sus manos libres levanta la bandera de la justicia. Se alía con la misericordia para abrir los ojos del ciego, curar heridas y enfermedades. Prefiere la misericordia al sacrificio. Se carga de libertad para expulsar demonios y sacar cautivos de la prisión. Es médico de corazones. Trae las mejores noticias para los pobres, que serán sus preferidos. Proclama amnistía de todas las deudas. Inaugura tiempos de bendición y jubileo de gracia.

Yo sólo quiero, Señor, sentir los dolores y los sufrimientos de mis hermanos como míos. Sentir sus alegrías y sus tristezas, como mías. Yo sólo quiero, Señor, que nadie sea indiferente para mí, que no me haga impermeable al sufrimiento de mis hermanos.

ORACIÓN

Manifiesta la luz de tu verdad, de tu amor, a todos los hombres que te busca. Manifiesta tu misericordia a todos los hombres que sufren: que pobres, enfermos y oprimidos por el mal reciban, como el hombre apaleado al borde del camino, el aceite del consuelo y el vino de la esperanza. Renueva en mí, Padre, la gracia del bautismo; que viva de acuerdo con sus exigencias. Amén.

 

Expliquemos el Evangelio de los niños.

Imágenes de Patxi Velasco FANO

 


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