“Levantarte, toma al
niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque
Herodes va a buscar al niño para matarlo”
DOMINGO 29 DE DICIEMBRE
FIESTA DE LA SAGRADA
FAMILIA: JESÚS, MARÍA Y JOSÉ.
1ª Lectura:
Eclesiástico 3,2-6.12-14.
El que teme al Señor
honra a sus padres.
Salmo 127:
Dichosos los que temen
al Señor y siguen sus caminos.
2ª Lectura: Colosenses
3,12-21.
Coge al niño y a su
madre y huye a Egipto.
PALABRA DEL DÍA
Mateo 2,13-15.19-23
“Cuando se marcharon los magos los magos, el ángel del
Señor se apareció en sueños a José y le dijo: “Levantarte, toma al niño y a su
madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a
buscar al niño para matarlo”. José se levantó, tomó al niño y a su madre, de
noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo
que dijo el Señor por el profeta: “Llamé a mi hijo para que saliera de Egipto”.
Cuando murió Herodes, el ángel del Señor se apareció de nuevo en sueños a José
en Egipto y le dijo: Levántate, toma al niño y a su madre y vuélvete a Israel;
ya han muerto los que atentaban contra la vida del niño”. Se levantó, tomó al
niño y a su madre y volvió a Israel. Pero al enterarse de que Arquelao reinaba
en Judea como sucesor de su padre Herodes tuvo miedo de ir allá. Y avisado en
sueños se retiró a Galilea y se estableció en un pueblo llamado Nazaret. Así se
cumplió lo que dijeron los profetas, que se llamaría nazareno.”
Versión para América
Latina, extraída de la Biblia del Pueblo de Dios
“Después de la partida de los magos, el Ángel del
Señor se apareció en sueños a José y le dijo: "Levántate, toma al niño y a
su madre, huye a Egipto y permanece allí hasta que yo te avise, porque Herodes
va a buscar al niño para matarlo".
José se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y
se fue a Egipto.
Allí permaneció hasta la muerte de Herodes, para que
se cumpliera lo que el Señor había anunciado por medio del Profeta: Desde
Egipto llamé a mi hijo.Cuando murió Herodes, el Ángel del Señor se apareció en
sueños a José, que estaba en Egipto,
y le dijo: "Levántate, toma al niño y a su madre,
y regresa a la tierra de Israel, porque han muerto los que atentaban contra la
vida del niño".
José se levantó, tomó al niño y a su madre, y entró en
la tierra de Israel.
Pero al saber que Arquelao reinaba en Judea, en lugar
de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allí y, advertido en sueños, se retiró a
la región de Galilea,
donde se estableció en una ciudad llamada Nazaret. Así
se cumplió lo que había sido anunciado por los profetas: Será llamado
Nazareno.”
REFLEXIÓN
La familia es algo muy humano, es lo más humano, es fuente de
Humanidad. El que quiera aprender humanismo, que vaya a la escuela de la
familia. El que no haya vivido en una familia sana, tendrá crisis de humanidad.
La familia es algo muy humano porque en el fondo del hombre
hay un dinamismo de comunión. La verdad más profunda del hombre es su capacidad
de amar. La Ley suprema de la vida humana es el amor. La vocación esencial de
todo hombre es amar. Los hombres estamos hechos para relacionarnos, para
querernos, para unirnos y, así para proyectarnos hacia el futuro. El hombre se
realiza en la medida en que se relaciona, en la medida en que se entrega. La
tendencia última del hombre no es la soledad, sino la solidaridad. Por eso, el
que no es amado, enloquece, el que no ama se asfixia, se seca y muere; no
llevará fruto, sólo sirve para el fuego.
La familia es el campo adecuado para vivir estos valores que
constituyen al hombre y cultivarlos. Es lugar privilegiado de encuentro.
Familia es eso, comunidad de amor, con proyección de eternidad. La vida de la
familia está hecha de relación respetuosa y cariñosa, de comunicación íntima,
de entrega servicial y sacrificada, de común unión de alegrías, penas y
esperanzas. Y está hecha de trabajo compartido, de frutos recogidos, de cultivo
de la vida. En la familia el hombre se transciende, rompiendo la tentación de
la soledad y el riego de la esterilidad. Sin duda, no hay nada más humano. En
la familia encontraremos las mejores gratificaciones, los más razonables
frutos. No es extraño que sintamos constantemente la querencia familiar, que
siempre queramos volver a casa.
En la familia se aprenden los valores que constituyen la
sociedad, “es la primera e insustituible escuela creadora de Humanidad, ejemplo
y estímulo para las relaciones comunitarias más amplias, mediante la transmisión
de virtudes y valores”.
Podríamos apuntar algunos de estos valores, tan necesarios:
Dignidad de la persona, a la que se estima y se quiere como
es. Hoy tenemos crisis de autoestima, porque nos ofrecen modelos inalcanzables,
a los que se quiere imitar. Por otra parte, nuestra sociedad está muy
masificada y despersonalizada.
Tolerancia y respeto. La familia es maestra de estas virtudes
que hoy tanto se predican. Hubo un año dedicado a la tolerancia, para
concienciar sobre el valor de esta hermosa virtud. La vivencia familiar es
esencialmente tolerante, no un año, siempre.
Servicialidad y solidaridad. En la familia todo es común, el
uno es para el otro, se comparten los sentimientos, los ideales, la vida. Si la
sociedad no aprende a ser solidaria, se
destruye. El futuro de la Humanidad es la solidaridad.
Responsabilidad. En la familia se da respuesta a las
necesidades de los demás, especialmente de los más pequeños e indefensos. Esta
responsabilidad es el fundamento de toda existencia.
Defensa y culto del amor y de la vida. Son los valores que
más definen a la familia. Fuera de la familia el amor es más difícil y la vida
sufre terribles ataques. ¡Cuántas “enfermedades de corazón y cuántas semillas
de muerte! Ojalá la familia sea fermento de vida y amor en el mundo.
ENTRA EN TU INTERIOR
Señor, sé, que la gracia le viene a la familia de su relación
contigo y de su apertura a la redención de Cristo, tu Hijo. En esta fiesta de
la familia, que se celebra dentro del misterio que es la encarnación de tu Hijo
Jesucristo, si hace unos días miraba a Belén como capital de la paz y fuente de
salvación, hoy tengo que mirar a Nazaret como la patria de la familia. Nazaret
es punto de referencia obligado para cuantos, como yo, quieren vivir en
comunidad de vida y amor.
Hoy, Señor, recuerdo a la Sagrada Familia, pero tengo que
decir que toda familia es sagrada. Hay en todas las familias algo de ti, algo
de tu misterio. Toda familia humana hunde sus raíces en ti. De ti recibe la
gracia. Tú, Señor, bendices constantemente a la familia, la fortaleces en las
dificultades, la ayudas a estar más unida, le das crecimiento y fecundidad.
ORA EN TU INTERIOR
Quiero orar por la Iglesia, esposa de Cristo, santa e
inmaculada, para que sea la gran familia de los hijos de Dios.
Quiero orar por todos los pueblos de la tierra para que,
superando diferencias y rivalidades, se unan más con lazos de solidaridad y
fraternidad.
Quiero orar por todas las familias, para que, creciendo en el
amor, estén abiertas a la vida.
Quiero orar, Señor, especialmente, por las familias que
sufren a causa de la pobreza, el paro, la enfermedad de algunos de sus
miembros, para que encuentren la ayuda solidaria que necesitan.
Quiero orar por las familias que viven en crisis por falta de
entendimiento, de diálogo y de amor, para que, guardándose fidelidad,
prevalezca en ellos lo que les une.
Finalmente, Señor, quiero orar por todos los hombres y
mujeres del mundo y por todas nuestras familias para que seamos testigos de tu
amor.
Expliquemos el
Evangelio a los niños.
Imágenes de Paxi
Velasco FANO
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