lunes, 14 de mayo de 2018

20 DE MAYO: PASCUA DE PENTECOSTÉS.



 ”Recibid el Espíritu Santo: a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quiénes se los retengáis, les quedan retenidos”.

20 DE MAYO

PASCUA DE PENTECOSTÉS

TERMINA EL TIEMPO PASCUAL

MISA DEL DÍA

1ª Lectura: Hechos 2,1-11

Todos quedaron llenos del Espíritu Santo.

Salmo: 103

Envía, Señor, tu Espíritu a renovar la tierra. Aleluya.

2ª Lectura: 1 Corintios 12,3-1

Hemos sido bautizados en un mismo Espíritu para formar un solo cuerpo.

EVANGELIO DEL DÍA

Juan 20,19-23

“Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: “Paz a vosotros”. Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: “Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así os envío yo”. Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: ”Recibid el Espíritu Santo: a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quiénes se los retengáis, les quedan retenidos”.

Versión para América Latina, extraída de la Biblia del Pueblo de Dios.

“Al anochecer del día de la resurrección, estando cerradas las puertas de la casa donde se hallaban los discípulos, por miedo a los judíos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: “La paz esté con ustedes”. Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Cuando los discípulos vieron al Señor, se llenaron de alegría. De nuevo les dijo Jesús: “La paz esté con ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo”. Después de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo: “Recibid el Espíritu Santo. A los que les perdonen los pecados, les quedarán perdonados, y a los que no se los perdonen, les quedarán sin perdonar”.

REFLEXIÓN

      El Espíritu Santo es como el Soplo de Dios. En hebreo Ruah significa a la vez espíritu y soplo o viento; también en griego: Pneuma. Parece que el soplo, el aliento, el viento es algo más espiritual, porque no se ve, pero se siente su vitalidad y su fuerza. Hay realidades que están más allá o más adentro de nuestra perspectiva. El mismo Jesús compara el Espíritu a lo que sucede con el viento: “El viento sopla donde quiere y oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que nace del Espíritu, le dice Jesús a Nicodemo. No vemos el Espíritu, pero oímos su voz. No sabemos definir bien el Espíritu, pero experimentamos su dinamismo creador, vivificante. Nos resulta imposible explicar, siquiera analógicamente, el origen y la misma identidad del Espíritu, pero sentimos su presencia y palpamos la multiplicidad de sus actuaciones y sus efectos. Por eso las mejores definiciones del Espíritu son descriptivas o simbólicas.

      Pero este Aliento actúa desde dentro, oxigenando nuestras neuronas, vitalizando nuestras células, como la savia de todo el organismo. No es una fuerza externa que nos obligue y nos conduzca. Es un dinamismo íntimo que nos hace ser y crecer.

     El aliento que Jesús transmite a los suyos es el mismo Espíritu en persona: Recibid el Espíritu Santo. No reciben solamente una iluminación, una consolación, una fuerza, un don, reciben todo el Espíritu Santo, la fuente de todas las gracias y el tesoro que encierra todos los dones. No reciben una parte del Espíritu, sino todo el Espíritu.

       La misión del Espíritu es llenarnos de la Vida de Jesús, asemejarnos a Cristo en todo. Él nos habla de Cristo. Él va pintando en nosotros la imagen de Cristo. Él nos recrea con la misma “genética” de Cristo.

Donde hay Espíritu no hay miedo. Cuando llega el Espíritu se abren las puertas cerradas, se habla claro y bonito, se dicen las verdades delante de todos los públicos. Eso sí, con respeto y con misericordia, sin amenazas ni insultos.

Donde hay Espíritu hay libertad. El Espíritu está reñido con la esclavitud, sea interior –todo lo que te ata-, sea exterior, por condicionamientos de cualquier tipo. El que tiene el Espíritu respeta, pero no se doblega ante nada ni ante nadie; no adora a los poderosos o a los líderes o a los sabios o al dinero o al ambiente cultural y social… Sólo adora a Dios.

       Donde hay Espíritu hay fortaleza y paciencia. Se asume la persecución, la cárcel, los azotes. El Espíritu conforta y consuela en la lucha, en la enfermedad, en la humillación. El Espíritu es el que unge a los mártires y a cuantos sufren por la fe y por el amor.

      Donde hay Espíritu hay generosidad. El Espíritu es Don y capacidad de donar. El Espíritu no es posesivo, sino comunicativo. Nada retiene, libre como el aire. Comparte cuanto es y cuanto tiene. Y siempre desde la gratuidad, no es interesado, es gracia.

   Donde hay Espíritu hay amor. Claro, el Espíritu se define como el Amor de Dios personalizado. Amor de Dios derramado en nuestros corazones. En el fondo, cuando hablamos de energía, de fortaleza, de libertad, de generosidad, estamos hablando de resplandores de una misma realidad, que es el amor. Desde el amor nos hacemos libres, valientes, pacientes, generosos, entregados. Desde el Espíritu podemos amar como nos amó Jesucristo.

ENTRA EN TU INTERIOR

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU

Ven Espíritu Santo.

      Despierta nuestra fe débil, pequeña y vacilante. Enséñanos a vivir confiando en el amor insondable de Dios nuestro Padre a todos sus hijos e hijas, estén dentro o fuera de tu Iglesia. Si se apaga esta fe en nuestros corazones, pronto morirá también en nuestras comunidades e iglesias.

Ven Espíritu Santo.

      Haz que Jesús ocupe el centro de tu Iglesia. Que nada ni nadie lo suplante ni oscurezca. No vivas entre nosotros sin atraernos hacia su Evangelio y sin convertirnos a su seguimiento. Que no huyamos de su Palabra, ni nos desviemos de su mandato del amor. Que no se pierda en el mundo su memoria.

Ven Espíritu Santo.

      Abre nuestros oídos para escuchar tus llamadas, las que nos llegan hoy, desde los interrogantes, sufrimientos, conflictos y contradicciones de los hombres y mujeres de nuestros días. Haznos vivir abiertos a tu poder para engendrar la fe nueva que necesita esta sociedad nueva. Que, en tu Iglesia, vivamos más atentos a lo que nace que a lo que muere, con el corazón sostenido por la esperanza y no minado por la nostalgia.

Ven Espíritu Santo.

      Purifica el corazón de tu Iglesia. Pon verdad entre nosotros. Enséñanos a reconocer nuestros pecados y limitaciones. Recuérdanos que somos como todos: frágiles, mediocres y pecadores. Libéranos de nuestra arrogancia y falsa seguridad. Haz que aprendamos a caminar entre los hombres con más verdad y humildad.

Ven Espíritu Santo.

     Enséñanos a mirar de manera nueva la vida, el mundo y, sobre todo, a las personas. Que aprendamos a mirar como Jesús miraba a los que sufren, los que lloran, los que caen, los que viven solos y olvidados. Si cambia nuestra mirada, cambiará también el corazón y el rostro de tu Iglesia. Los discípulos de Jesús irradiaremos mejor su cercanía, su comprensión y solidaridad hacia los más necesitados. Nos pareceremos más a nuestro Maestro y Señor.

Ven Espíritu Santo.

      Haz de nosotros una Iglesia de puertas abiertas, corazón compasivo y esperanza contagiosa. Que nada ni nadie nos distraiga o desvíe del proyecto de Jesús: hacer un mundo más justo y digno, más amable y dichoso, abriendo caminos al reino de Dios.

José Antonio Pagola


ORA EN TU INTERIOR CON LOS SIETE DONES DEL ESPÍRITU.

            Sabemos muy bien que todo lo que somos ha sido un don de Dios y, por eso, nos queremos dirigir a él con las manos totalmente vacías para acoger sus dones, los dones del Espírit

DON DE LA SABIDURÍA: Sabemos que Dios nos ha dado una nueva identidad, nos ha marcado con su Espíritu; por eso pedimos la fuerza necesaria para ser capaces de vivir sin temor la libertad que supone el hecho de ser bautizados.

También queremos ofrecer nuestra capacidad de ir a fondo para descubrir la profundidad de este misterio, para conocer, madurar y saborear, cada vez más, nuestra fe.

DON DE ENTENDIMIENTO: Entendemos que Dios nos acoge siempre, para lo que pase; y por eso pedimos que en la comunidad nos acojamos también con la misma incondicionalidad.

Queremos ofrecer nuestra espontaneidad y apertura para afrontar cualquier situación.

DON DE CONSEJO: No tenemos demasiadas cosas, pero sí un camino que recorrer, por eso pedimos no ir solos en este camino.

 frecemos la voluntad de aprovechar cada etapa de nuestro crecimiento y maduración en la fe, conscientes de que, en cada momento, Dios nos sale al encuentro.

DON DE FORTALEZA: También queremos llegar muy arriba; y por eso pedimos el apoyo y la ayuda de Dios y de los hermanos, fuertemente unidos y parando los golpes que nos pueda traer la vida.

DON DE PIEDAD: También queremos pedir que la comunidad nos ayude a vivir una espiritualidad firme y sólida, a fin de escuchar la voz de Dios y poder responder a ella.
Ofrecemos nuestra necesidad de interiorización, oración y recogimiento, para experimentar silencios llenos en lugar de palabras vacías.

DON DE CIENCIA: Queremos pedir también un esfuerzo conjunto para intentar adaptarnos a los signos de los tiempos, para dar respuesta a las necesidades de hoy, fundamentalmente en las verdades de siempre.

DON DE FIDELIDAD A DIOS: La mano de Dios la encontramos en los testimonios de la comunidad por esto pedimos que los cristianos seamos siempre un ejemplo a seguir para todos. Ofrecemos nuestro compromiso y nuestra fidelidad a Dios intentando siempre, dar una respuesta de fe.

Expliquemos el Evangelio a los niños.

Imágenes de Paxi Velasco FANO






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