"Yo soy la puerta; el que entre por mí quedará a salvo, podrá entrar y
salir y encontrará pastos."
7 DE MAYO
IV
DOMINGO DE PASCUA
DOMINGO DEL BUEN PASTOR
JORNADA MUNDIAL DE ORACIÓN POR LAS VOCACIONES
DOMINGO DEL BUEN PASTOR
JORNADA MUNDIAL DE ORACIÓN POR LAS VOCACIONES
1ª Lectura:
Hechos de los Apóstoles 2,14.36-41
Dios lo
ha constituido Señor y Mesías
Salmo 22
El Señor es
mi pastor, nada me faltará. Aleluya.
2ª
Lectura: 1ª Pedro 2,20-25
Han
vuelto ustedes al pastor y guardián de sus vidas.
EVANGELIO
DEL DÍA
Juan
10,1-10
“Sí, os lo aseguro: Quien no entra
por la puerta en el recinto de las ovejas, sino trepando por otro lado, ése es
un ladrón y un bandido.
Quien entra por la puerta es pastor de las ovejas; a ése le
abre el portero y las ovejas escuchan su voz. A las ovejas propias las llama por
su nombre y las va sacando; cuando ha empujado fuera a todas las suyas, camina
delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque conocen su voz.
A un extraño, en cambio, no lo seguirán, huirán de él, porque
no conocen la voz de los extraños.
Esta semejanza les puso Jesús, pero ellos no entendieron a
qué se refería. Entonces añadió Jesús:
- Pues sí, os aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos
los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos, pero las ovejas no les
han hecho caso. Yo soy la puerta; el que entre por mí quedará a salvo, podrá
entrar y salir y encontrará pastos. El ladrón no viene más que para robar,
sacrificar y destruir. Yo he venido para que tengan vida y les rebose.”
Versión
para América Latina, extraída de la Biblia del Pueblo de Dios.
“Jesús dijo a los fariseos: "Les aseguro que el que no
entra por la puerta en el corral de las ovejas, sino por otro lado, es un
ladrón y un asaltante.
El que entra por la puerta es el pastor de las ovejas.
El guardián le abre y las ovejas escuchan su voz. Él llama a
cada una por su nombre y las hace salir.
Cuando las ha sacado a todas, va delante de ellas y las
ovejas lo siguen, porque conocen su voz.
Nunca seguirán a un extraño, sino que huirán de él, porque no
conocen su voz".
Jesús les hizo esta comparación, pero ellos no comprendieron
lo que les quería decir.
Entonces Jesús prosiguió: "Les aseguro que yo soy la
puerta de las ovejas.
Todos aquellos que han venido antes de mí son ladrones y
asaltantes, pero las ovejas no los han escuchado.
Yo soy la puerta. El que entra por mí se salvará; podrá
entrar y salir, y encontrará su alimento.
El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir. Pero yo
he venido para que las ovejas tengan Vida, y la tengan en abundancia."
REFLEXIÓN
Las ovejas son, en el evangelio de Juan, el pueblo oprimido por los
dirigentes judíos. Estos son los ladrones y bandidos. Ladrones, porque se
apoderan de lo que no es suyo. Bandidos, porque utilizan la violencia para
someter a los más débiles.
El relato empieza precisamente por una referencia a esos dirigentes, que
debían ser pastores, pero que en realidad son ladrones y bandidos. En el
Antiguo Testamento hay referencias muy concretas, (sobre todo, Ez 34,2-5), a
esos pastores que en vez de cuidar de las ovejas, se pastorean a sí mismos.
“Oyen su voz”. Una frase con profundas resonancias bíblicas. Oír la voz del
Señor es conocer y obedecer.
Jesús es el único que tiene derecho a entrar y salir. El pastor entra
para cuidar de las ovejas, no para explotarlas. Su voz es liberadora. Las llama
por su nombre, porque para él no existe la masa; cada una tiene nombre propio.
Cada ser humano único e irrepetible. Cada uno es necesario para Dios y para el
mundo.
Las que escuchan su voz, salen de la opresión de la institución y quedan
en libertad. Jesús no viene a sustituir una institución por otra. No las saca
de un corral para meterlas en otro.
No son los miembros de la comunidad los que deben estar al servicio de la
institución ni de la autoridad. Es la institución y la autoridad la que debe
estar al servicio de cada uno.
En un mismo aprisco había ovejas de muchos dueños, por eso dice que saca
todas las suyas. Porque son suyas, conocen su voz y le siguen.
No podían salir por sí mismas del estado de opresión, porque para ellas
no había alternativa. Es Jesús el que les ofrece libertad y capacidad para
decidir por sí mismas.
Los dirigentes judíos son “extraños”, que no buscan la vida de las
ovejas, sino sus intereses. Ellos las llevan a la muerte. Jesús les da vida.
No pueden ni quieren entender el simbolismo de la comparación, porque les
obligaría a salir de la situación de opresores. Instalados en la institución,
que aseguraba sus privilegios, no pueden aceptar la denuncia de Jesús. Les
obligaría a cambiar a una actitud de servicio y liberación de la gente
sometida.
Con el pretexto de un servicio a Dios, explotan a la gente y se
aprovechan de ella en benéfico propio. Pasa en todas las épocas.
“Camina delante de ellas”. Él camina delante y las ovejas le siguen. Esto
tiene más miga de lo que parece. Jesús recorrió de punta a cabo una trayectoria
humana. Esa experiencia nos sirve a nosotros de guía para recorrer el mismo
camino.
“Yo soy la puerta”. No se refiere
al elemento que gira para cerrar o abrir, sino al hueco por donde se accede a
un recinto. En el aprisco, el pastor que las cuidaba era la única puerta. Por
eso dice que es la puerta de las ovejas, no del redil.
Todos los que han venido antes, son ladrones y bandidos, porque no han
dado libertad y vida a las ovejas. Son tres los productos interesantes de las
ovejas: leche, lana y carne. Los pastores buscan ese interés. A ninguno le
interesa las ovejas”. A las ovejas tampoco pueden interesarles esos pastores.
Entrar por la puerta que es Jesús, es lo mismo que "acercarse a
él", "darle su adhesión"; Lo que incluye asemejarse a él, es
decir, ir como él a la búsqueda del bien del hombre.
"Quedará a salvo", porque da la vida definitiva, y el que posee
esa Vida, quedará a salvo de la explotación. Él es la alternativa al orden
injusto. En Jesús, el hombre puede alcanzar la verdadera salvación.
"Podrá entrar y salir", es decir, tendrá libertad de
movimiento.
"Encontrará pastos", dice lo mismo que la expresión ya conocida
en Juan: “no pasará hambre, no pasará sed”. Así se identifica el pasto con el
pan de vida que es él mismo.
La Ley sustituida por el amor.
ENTRA EN
TU INTERIOR
ACERCARNOS
Y CONOCERNOS
Cuando entre los primeros cristianos comenzaron los conflictos y
disensiones entre grupos y líderes diferentes, alguien sintió la necesidad de
recordar que, en la comunidad de Jesús, sólo él es el Pastor bueno. No un
pastor más, sino el auténtico, el verdadero, el modelo a seguir por todos.
Esta bella imagen de Jesús, Pastor bueno, es una llamada a la conversión,
dirigida a quienes pueden reivindicar el título de «pastores» en la comunidad
cristiana. El pastor que se parece a Jesús, sólo piensa en sus ovejas, no
«huye» ante los problemas, no las «abandona». Al contrario, está junto a ellas,
las defiende, se desvive por ellas, «expone su vida» buscando su bien.
Al mismo tiempo, esta imagen es una llamada a la comunión fraterna entre
todos. El Buen Pastor «conoce» a sus ovejas y las ovejas le «conocen» a él.
Sólo desde esta cercanía estrecha, desde este conocimiento mutuo y esta
comunión de corazón, el Buen Pastor comparte su vida con las ovejas. Hacia esta
comunión y mutuo conocimiento hemos de caminar también hoy en la Iglesia.
En estos momentos no fáciles para la fe, necesitamos como nunca aunar
fuerzas, buscar juntos criterios evangélicos y líneas maestras de actuación
para saber en qué dirección hemos de caminar de manera creativa hacia el
futuro.
Sin embargo, no es esto lo que está sucediendo. Se hacen algunas llamadas
convencionales a vivir en comunión, pero no estamos dando pasos para crear un
clima de escucha mutua y diálogo. Al contrario, crecen las descalificaciones y
disensiones entre obispos y teólogos; entre teólogos de diferentes tendencias;
entre movimientos y comunidades de diverso signo; entre grupos y «blogs» de
todo género…
Pero, tal vez, lo más triste es ver cómo sigue creciendo el
distanciamiento entre la jerarquía y el pueblo cristiano. Se diría que viven
dos mundos diferentes. En muchos lugares los «pastores» y las «ovejas» apenas
se conocen. A muchos obispos no les resulta fácil sintonizar con las
necesidades reales de los creyentes, para ofrecerles la orientación y el
aliento que necesitan. A muchos fieles les resulta difícil sentir afecto e
interés hacia unos pastores a los que ven alejados de sus problemas.
Sólo creyentes, llenos del Espíritu del Buen Pastor, pueden ayudarnos a
crear el clima de acercamiento, mutua escucha, respeto recíproco y diálogo
humilde que tanto necesitamos.
José Antonio Pagola
ORA EN TU
INTERIOR
Buen pastor, vela con solicitud por tu rebaño y dígnate
conducir a las ovejas que redimiste con la preciosa sangre de tu Hijo, a las
verdes y eternas praderas de tu Reino.
Expliquemos
el Evangelio a los niños.
Imágenes
de Paxi Velasco Fano
Imagen
para colorear.
CUARTA
SEMANA DE PASCUA
La resurrección es el mundo al revés, aunque habría que decir que es el
mundo al derecho si no tuviéramos necesidad de efectuar un continuo cambio de
nuestras perspectivas. Cristo va delante y nos precede en el camino,
conduciendo la historia de los hombres hasta la tierra de Dios. Nadie tiene
acceso al Padre si no pasa por la Puerta del reino que su Palabra construye.
Los que le siguen han de aprender a reorientar su vida. Si la resurrección
canta nuestra victoria, también expresa la nueva Ley de nuestra existencia.
Y es que no tenemos que hacer ni más ni menos que imitar
al Pastor que nos guía. San Pablo resume todo el dinamismo de la resurrección
cuando escribe a las primeras comunidades: “Sois hijos de la luz; convertíos en
hijos de la luz”.
La “moral” de la resurrección es, antes que nada,
afirmación de la salvación: pertenecéis a Cristo, y nadie puede arrancar de sus
manos a aquellos que el Padre le ha entregado. La luz vino al mundo para que
quien crea en ella no siga en las tinieblas: la Ley nueva es iluminación y
gracia.
Pero es también aprendizaje en la escuela de aquel que no
reivindicó para sí el rango que le hacía igual a Dios. No hay más que un
cristiano: Cristo. Sólo él vivió la exigencia del amor hasta el extremo, porque
él es el amor. Sólo él puede pretender ser el Camino, porque él trazó, en la
sangre y en la confianza, el camino que, a través del Gólgota, asciende hasta
el jardín de la Pascua.
“Seréis como dioses”, había susurrado la serpiente en el
jardín del edén. Y el hombre, presa del vértigo, creyó semejante mentira y se
vio arrastrado al polvo. El que, en la paciencia y en la oración, trate de
conformar su vida de acuerdo con la Palabra de Dios, el que trate de imitar los
rasgos del divino Rostro, ése oirá cómo se le dice: “Hace mucho tiempo que yo
estoy contigo; desde siempre eres como Dios”. He ahí el cambio total del mundo
y la nueva Ley.
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