“Bienaventurados seréis cuando os injurien y os
persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa.
Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos”
29 DE
ENERO
IV
DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
1ª Lectura:
Sofonías 2,3;3,12-13
Dejaré,
en medio de ti, un puñado de gente pobre y humilde.
Salmo 145
Dichosos
los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.
2ª
Lectura: 1 Corintios 1,26-31
Dios ha
elegido a los débiles del mundo.
EVANGELIO
DEL DÍA
Mateo
5,1-12
“Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus
discípulos se le acercaron. Y, tomando la palabra, les enseñaba diciendo:
«Bienaventurados los pobres de espíritu,
porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Bienaventurados los mansos,
porque ellos poseerán en herencia la tierra.
Bienaventurados los que lloran,
porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia,
porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos,
porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los limpios de corazón,
porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los que trabajan por la paz,
porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia,
porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Bienaventurados seréis cuando os injurien y os persigan y
digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y
regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la
misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros.”
Versión
para América Latina, extraída de la Biblia del Pueblo de Dios.
“Al ver a la multitud, Jesús subió a la montaña, se sentó, y
sus discípulos se acercaron a él.
Entonces tomó la palabra y comenzó a enseñarles, diciendo:
"Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos
les pertenece el Reino de los Cielos.
Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en
herencia.
Felices los afligidos, porque serán consolados.
Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán
saciados.
Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia.
Felices los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios.
Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados
hijos de Dios.
Felices los que son perseguidos por practicar la justicia,
porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos.
Felices ustedes, cuando sean insultados y perseguidos, y
cuando se los calumnie en toda forma a causa de mí.
Alégrense y regocíjense entonces, porque ustedes tendrán una
gran recompensa en el cielo; de la misma manera persiguieron a los profetas que
los precedieron."
REFLEXIÓN
Hoy comenzamos uno de los cinco grandes discursos de que se compone el
evangelio de Mateo.
Jesús quiere ofrecer un programa de vida, un programa de
felicidad a todos, y para eso sube al monte. Moisés subió al monte santo de
Dios en el momento de la alianza. Dios estableció entonces un pacto con su
pueblo.
La expresión de la voluntad de Dios quedó plasmada en la
ley que el mismo Dios da a su pueblo por medio de Moisés.
Las bienaventuranzas constituyen el programa básico de la
comunidad cristiana, el resumen de todo lo que Dios, por medio de Jesús, desea
y espera de su nuevo pueblo, la comunidad de discípulos de Jesús.
Pero hay algo importante que destacar, en la antigua
Alianza el pueblo debía mantenerse alejado de Dios, no podía acercarse.
Aquí se dice que Jesús subió al monte y todos se acercaron. Hay una
intimidad, una familiaridad con Dios.
Lo primero que constatamos en las bienaventuranzas es que
es un programa de felicidad, todas ellas empiezan con la palabra: DICHOSOS.
• DICHOSOS LOS QUE ELIGEN SER POBRES.
Dichosos aquellos que no ponen su confianza ni en el dinero, ni en sus talentos
personales, sí en los demás. Dichosos aquellos que se sienten pobres ante Dios,
que no van a Dios con prepotencia como el fariseo en el templo. Dichosos los
que son capaces de cambiar la opción de poseer por el proyecto de compartir. El
reino de dios es de ellos.
• DICHOSOS LOS QUE LLORAN.
Fundamentalmente dichosos los que lloran por sus propios pecados. Dichosos los
que son capaces de hacer suyos los dolores y los sufrimientos de los otros y
lloran con ellos solidariamente, generosamente. Dios los consolará.
• DICHOSOS LOS HUMILDES. Los que van por
la vida sintiéndose necesitados de Dios y necesitados de los hermanos, los que
van por la vida poniendo su confianza en el Señor, confiando en él y no en sus
fuerzas o en sus talentos personales. Dichosos aquellos que van al señor con
las manos vacías porque solo él puede llenarlas. Estos heredarán la tierra.
• DICHOSOS LOS QUE TIENEN HAMBRE Y SED
DE LA JUSTICIA. Sí, dichosos los que tienen hambre y sed de hacer la voluntad
de Dios. De poner a Dios en el centro de sus vidas, de vivir según Dios.
Dichosos los que son capaces de gritar como Pedro. ¿a quién vamos a ir? Sólo tú
tienes palabras de vida eterna. Estos serán saciados.
• DICHOSOS LOS MISERICORDIOSOS. Los que
son capaces de mirar con ojos de misericordia, los que son capaces de amar. Los
que son capaces de perdonar. Los que son capaces de animar, de consolar, de
apoyar, de tender una mano al otro, de sacarlo de la situación en la que viven.
Los que son capaces de acompañar. Ellos recibirán misericordia.
• DICHOSOS LOS QUE TIENEN UN CORAZÓN
LIMPIO. Los que van por la vida sin dobles intenciones. Los que son incapaces
de hacerle mal a nadie. Los que perdonan siempre y olvidan siempre, los que no
guardan rencor en su corazón. Los que no juzgan para no ser juzgados ni
condenan para no ser condenados, porque saben que la misma medida que usen con
los demás la usarán con ellos. Estos verán a Dios cara a cara.
• DICHOSOS LOS QUE TRABAJAN POR LA PAZ.
Los que son capaces de construirla día a día. Pero no solo la paz como ausencia
de guerras, como ausencia de conflictos armados, sino paz con ellos mismos, paz
con sus familias, paz con los demás. Estos serán los auténticos hijos de Dios.
• DICHOSOS LOS PERSEGUIDOS POR SU
FIDELIDAD, POR HACER LA VOLUNTAD DE DIOS. Sí, dichosos vosotros cuando os
injurien y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa, estad
alegres y contentos porque vuestra recompensa será grande en el cielo.
Con Jesús, que por nosotros se hizo pobre, humilde, sensible al dolor del
mundo, con hambre y sed de justicia, compasivo, limpio de corazón, pacificador
y perseguido por todo esto, nosotros tenemos que hacernos como él. Nos tenemos
que hacer pobres, humildes, sensibles al dolor del mundo, con hambre y sed de
justicia, compasivos, limpios de corazón, pacificadores .
No lo dudemos, hermanas y hermanos, de esta manera vamos
formando parte de su Reino aunque seamos perseguidos por ello.
ENTRA EN
TU INTERIOR
IGLESIA
MÁS EVANGÉLICA
Al formular las bienaventuranzas, Mateo, a diferencia de Lucas, se
preocupa de trazar los rasgos que han de caracterizar a los seguidores de
Jesús. De ahí la importancia que tienen para nosotros en estos tiempos en que
la Iglesia ha de ir encontrando su estilo cristiano de estar en medio de una
sociedad secularizada.
No es posible proponer la Buena Noticia de Jesús de cualquier forma. El
Evangelio sólo se difunde desde actitudes evangélicas. Las bienaventuranzas nos
indican el espíritu que ha de inspirar la actuación de la Iglesia mientras
peregrina hacia el Padre. Las hemos de escuchar en actitud de conversión
personal y comunitaria. Sólo así hemos de caminar hacia el futuro.
Dichosa la Iglesia "pobre de espíritu" y de corazón sencillo,
que actúa sin prepotencia ni arrogancia, sin riquezas ni esplendor, sostenida
por la autoridad humilde de Jesús. De ella es el reino de Dios.
Dichosa la Iglesia que "llora" con los que lloran y sufre al
ser despojada de privilegios y poder, pues podrá compartir mejor la suerte de
los perdedores y también el destino de Jesús. Un día será consolada por Dios.
Dichosa la Iglesia que renuncia a imponerse por la fuerza, la coacción o
el sometimiento, practicando siempre la mansedumbre de su Maestro y Señor.
Heredará un día la tierra prometida.
Dichosa la Iglesia que tiene "hambre y sed de justicia" dentro
de sí misma y en el mundo entero, pues buscará su propia conversión y trabajará
por una vida más justa y digna para todos, empezando por los últimos. Su anhelo
será saciado por Dios.
Dichosa la Iglesia compasiva que renuncia al rigorismo y prefiere la
misericordia antes que los sacrificios, pues acogerá a los pecadores y no les
ocultará la Buena Noticia de Jesús. Ella alcanzará de Dios misericordia.
Dichosa la Iglesia de "corazón limpio" y conducta transparente,
que no encubre sus pecados ni promueve el secretismo o la ambigüedad, pues
caminará en la verdad de Jesús. Un día verá a Dios.
Dichosa la Iglesia que "trabaja por la paz" y lucha contra las
guerras, que aúna los corazones y siembra concordia, pues contagiará la paz de
Jesús que el mundo no puede dar. Ella será hija de Dios.
Dichosa la Iglesia que sufre hostilidad y persecución a causa de la
justicia, sin rehuir el martirio, pues sabrá llorar con las víctimas y conocerá
la cruz de Jesús. De ella es el reino de Dios.
La sociedad actual necesita conocer comunidades cristianas marcadas por
este espíritu de las bienaventuranzas. Sólo una Iglesia evangélica tiene
autoridad y credibilidad para mostrar el rostro de Jesús a los hombres y
mujeres de hoy.
José Antonio Pagola
ORA EN TU
INTERIOR
Gracias, Señor Jesús,
porque, proclamándolos dichosos, devolviste la dignidad, el Reino y la
esperanza a los que el mundo tiene por últimos e infelices: los pobres y los
humildes, los que lloran y sufren, los que tiene hambre y sed de fidelidad a
ti, los misericordiosos que saben perdonar a los demás, los que proceden con un
corazón limpio y sincero, los que fomentan la paz y desechan la violencia, los
perseguidos por servirte a ti y al evangelio.
Tú eres el primero que realizaste este programa, y tu ejemplo
nos anima a seguirte hasta el final. Tú eres nuestra fuerza. ¡Bendito seas por
siempre!
ORACIÓN
Te rogamos, Señor, que guardes con amor de Padre a esta
familia tuya, que tiene puesto su apoyo sólo en tu gracia, para que encuentre
siempre en tu protección su fortaleza.
Expliquemos
el Evangelio a los niños.
Imágenes
de Fano.
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