“…Cuando empiece a
suceder esto, levantaos, alzad la cabeza;
se acerca vuestra liberación”.
28 DE NOVIEMBRE
DOMINGO PRIMERO DE ADVIENTO
1ª Lectura: Jeremías 33,14-16
Yo Haré nacer del tronco de David un vástago santo.
Salmo 24: “A ti, Señor, levanto mi alma”
2ª Lectura: 1ª Tesalonicenses 3,12-4,2
Que el Señor los fortalezca hasta que Jesús vuelva.
LECTURA DEL DÍA
Lucas 21,25-28
“En aquel tiempo, dijo
Jesús a sus discípulos: -Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en
la tierra angustia de las gentes, enloquecidas por el estruendo del mar y el
oleaje. Los hombres quedarán sin aliento por el miedo, ante lo que se le viene
encima al mundo, pues los astros del cielo temblarán. Entonces verán al Hijo
del Hombre venir en una nube, con gran poder y gloria. Cuando empiece a suceder
esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación. Tened cuidado:
no se os embote la mente con el vicio, la bebida y la preocupación del dinero,
y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos
los habitantes de la tierra. Estad siempre despiertos, pidiendo fuerza para
escapar de todo lo que está por venir, y manteneos en pie ante el Hijo del
Hombre”.
Versión para Latinoamérica extraída de la Biblia del
Pueblo de Dios
“Habrá señales en el sol,
en la luna y en las estrellas; y en la tierra, los pueblos serán presa de la
angustia ante el rugido del mar y la violencia de las olas. Los hombres
desfallecerán de miedo por lo que sobrevendrá al mundo, porque los astros se
conmoverán. Entonces se verá al Hijo del hombre venir sobre una nube, lleno de
poder y de gloria. Cuando comience a suceder esto, tengan ánimo y levanten la
cabeza, porque está por llegarles la liberación. Tengan cuidado de no dejarse
aturdir por los excesos, la embriaguez y las preocupaciones de la vida, para
que ese día no caiga de improviso sobre ustedes como una trampa, porque
sobrevendrá a todos los hombres en toda la tierra. Estén prevenidos y oren
incesantemente, para quedar a salvo de todo lo que ha de ocurrir. Así podrán
comparecer seguros ante el Hijo del hombre” .
REFLEXIÓN
PESIMISMO Y ESPERANZA. Todos
vivimos con la mirada puesta en el futuro. Desde nuestro presente, marcado por
los problemas de la crisis, la desesperanza, el desengaño y el pesimismo,
siempre pensamos en lo que nos espera. No solo eso. En el fondo, casi todos
andamos buscando algo mejor, una seguridad, un bienestar mayor. Queremos que
todo nos salga bien y, si es posible, que nos vaya mejor. Es esa confianza básica la que nos sostiene en
el trabajo y los esfuerzos de cada día.
Por eso, cuando la esperanza
se apaga, se apaga también la vida. La persona ya no crece, no busca, no lucha.
Al contrario, se empequeñece, se hunde, se deja llevar por los acontecimientos.
Si se pierde la esperanza, se pierde todo. Por eso, lo primero que hay que
cuidar es el corazón de la persona, en el seno de la sociedad o en la relación
con Dios es la esperanza.
La esperanza es la única
manera de enfocar el futuro de forma positiva, por eso, lo primero es mirar
hacia adelante. No quedarnos en lo que ya pasó. No vivir de recuerdos o
nostalgias. No quedarnos añorando un pasado tal vez más dichoso, más seguro o
menos problemático. Es ahora cuando hemos de vivir afrontando el futuro de manera
positiva.
La esperanza no es una actitud
pasiva, es un estímulo que impulsa a la acción. Quien vive animado por la
esperanza no cae en la inercia. Al contrario, se esfuerza por cambiar la
realidad y hacerla mejor. Quien vive con esperanza es realista, asume los
problemas y las dificultades, pero lo hace de manera creativa, dando pasos,
buscando soluciones y contagiando confianza.
NO MATEMOS LA ESPERANZA. Jesús
fue un creador incansable de esperanza. Toda su existencia consistió en
contagiar a los demás la esperanza que él mismo vivía desde lo más hondo de su
ser. Hoy escuchamos su grito de alerta: “Levantaos, alzad la cabeza; se acerca
vuestra liberación. Pero tened cuidado: no se os embote la mente con el vicio,
la bebida y la preocupación por el dinero”.
Que tentador resulta siempre
adaptarnos a la situación, instalarnos confortablemente en nuestro pequeño
mundo y vivir tranquilos, sin mayores aspiraciones. Casi inconscientemente
anida en nosotros la ilusión de poder conseguir la propia felicidad sin cambiar
para nada el mundo. Pero no lo olvidemos: “Solamente aquellos que cierran sus
ojos y sus oídos, solamente aquellos que se han insensibilizado, pueden
sentirse a gusto en un mundo como este”
Quien ama de verdad la vida y
se siente solidario de todos los seres humanos sufre al ver que todavía una
inmensa mayoría no puede vivir y somos conscientes de que algo va mal, muy mal.
Hemos de seguir buscando el reino de Dios y su justicia.
ENTRA
EN TU INTERIOR
INDIGNACIÓN
Y ESPERANZA
Una convicción indestructible
sostiene desde sus inicios la fe de los seguidores de Jesús: alentada por Dios,
la historia humana se encamina hacia su liberación definitiva. Las
contradicciones insoportables del ser humano y los horrores que se cometen en
todas las épocas no han de destruir nuestra esperanza.
Este mundo que nos sostiene no
es definitivo. Un día la creación entera dará "signos" de que ha
llegado a su final para dar paso a una vida nueva y liberada que ninguno de
nosotros puede imaginar ni comprender.
Los evangelios recogen el
recuerdo de una reflexión de Jesús sobre este final de los tiempos.
Paradójicamente, su atención no se concentra en los "acontecimientos
cósmicos" que se puedan producir en aquel momento. Su principal objetivo
es proponer a sus seguidores un estilo de vivir con lucidez ante ese horizonte.
El final de la historia no es
el caos, la destrucción de la vida, la muerte total. Lentamente, en medio de
luces y tinieblas, escuchando las llamadas de nuestro corazón o desoyendo lo
mejor que hay en nosotros, vamos caminando hacia el misterio último de la
realidad que los creyentes llamamos "Dios".
No hemos de vivir atrapados
por el miedo o la ansiedad. El "último día" no es un día de ira y de
venganza, sino de liberación. Lucas resume el pensamiento de Jesús con estas
palabras admirables: "Levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra
liberación”. Solo entonces conoceremos de verdad cómo ama Dios al mundo.
Hemos de reavivar nuestra
confianza, levantar el ánimo y despertar la esperanza. Un día los poderes
financieros se hundirán. La insensatez de los poderosos se acabará. Las
víctimas de tantas guerras, crímenes y genocidios conocerán la vida. Nuestros
esfuerzos por un mundo más humano no se perderán para siempre.
Jesús se esfuerza por sacudir
las conciencias de sus seguidores. "Tened cuidado: que no se os embote la
mente" . No viváis como imbéciles. No os dejéis arrastrar por la
frivolidad y los excesos. Mantened viva la indignación. "Estad siempre
despiertos" . No os relajéis. Vivid con lucidez y responsabilidad. No os
canséis. Mantened siempre la tensión.
¿Cómo estamos viviendo estos
tiempos difíciles para casi todos, angustiosos para muchos, y crueles para
quienes se hunden en la impotencia? ¿Estamos despiertos? ¿Vivimos dormidos?
Desde las comunidades cristianas hemos de alentar la indignación y la
esperanza. Y solo hay un camino: estar junto a los que se están quedando sin
nada, hundidos en la desesperanza, la rabia y la humillación.
José Antonio Pagola
ORA
EN TU INTERIOR
Señor Jesús, ven a nuestro mundo
dividido e insolidario y alienta en todos el espíritu de justicia y de amor.
Señor Jesús, ven a nuestra
Iglesia que te necesita y te quiere, y haz de ella un signo de esperanza y de
misericordia.
Señor Jesús, ven a nuestras
comunidades y nuestras familias y alienta en ellas tu espíritu de vida y amor.
Señor Jesús, ven y visita a
cuantos sufren, a cuantos están desanimados y desesperanzados, a cuantos están
desesperados y alienta en ellos la fuerza de tu Espíritu.
Señor Jesús, ven a todos
nosotros, para que sepamos prepararnos a tu venida y demos testimonio de ti.
ORACIÓN
Mantengámonos de pie y alertas
porque en este mundo concreto y real que nos toca vivir, en este aquí y ahora
de nuestra historia, se estás produciendo un gran acontecimiento: llega el Hijo
del Hombre para que toda la tierra rebose de justicia.
Caminemos con esperanza porque
este es nuestro tiempo…
Expliquemos el Evangelio a los niños.
Imágenes de Patxi Velasco FANO
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