- ¿Qué es esto? Este
enseñar con autoridad es nuevo.
Hasta a los espíritus
inmundos les manda y le obedecen.
31 DE ENERO
IV DOMINGO DEL TIEMPO
ORDINARIO (B)
Primera Lectura:
Deuteronomio 18,15-20
Les daré un profeta y
pondré mis palabras en su boca.
Salmo 94
Señor, que no seamos
sordos a tu voz.
Segunda Lectura: 1
Corintios 7,32-35
La mujer soltera se
preocupa de las cosas del Señor
EVANGELIO DEL DÍA
Marcos 1,21-28
"En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos entraron
en Cafarnaún, y cuando el sábado siguiente fue a la sinagoga a enseñar, se
quedaron asombrados de su doctrina, porque no enseñaba como los escribas, sino
con autoridad.
Estaba precisamente en la sinagoga un hombre que tenía
un espíritu inmundo, y se puso a gritar:
- ¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has
venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de ¨Dios.
Jesús lo increpó:
-Cállate y sal de él.
El espíritu inmundo lo retorció y, dando un grito muy
fuerte, salió. Todos se preguntaron estupefactos:
- ¿Qué es esto? Este enseñar con autoridad es nuevo.
Hasta a los espíritus inmundos les manda y le
obedecen.
Su fama se extendió en seguida por todas partes,
alcanzando la comarca entera de Galilea".
Versión para América
Latina, extraída de la Biblia del Pueblo de Dios.
“Entraron en Cafarnaún, y cuando llegó el sábado,
Jesús fue a la sinagoga y comenzó a enseñar.
Todos estaban asombrados de su enseñanza, porque les
enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas.
Y había en la sinagoga un hombre poseído de un
espíritu impuro, que comenzó a gritar:
"¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has
venido para acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios".
Pero Jesús lo increpó, diciendo: "Cállate y sal
de este hombre".
El espíritu impuro lo sacudió violentamente y, dando
un gran alarido, salió de ese hombre.
Todos quedaron asombrados y se preguntaban unos a
otros: "¿Qué es esto? ¡Enseña de una manera nueva, llena de autoridad; da
órdenes a los espíritus impuros, y estos le obedecen!".
Y su fama se extendió rápidamente por todas partes, en
toda la región de Galilea.”
REFLEXIÓN
Recuerdo el tiempo, en el que la mayor parte de las gentes
llevábamos los mismos horarios de trabajo, de colegio, de tiempo libre; a
cualquier hora podíamos encontrarnos en la calle o en los lugares preparados
para ello, como parques y plazas. Este tiempo es complicado, es complicado
incluso encontrar un día y una hora para poder juntarnos y hacer una reunión, o
quedar para celebrar un cumpleaños o para realizar una convivencia. Cada cual
llevamos nuestro ritmo y nuestras rutinas, y somos pobres, muy pobres, al no
poder disponer de tiempo para la familia y los amigos.
¿Qué está pasando? ¿A quién le interesa que esto funcione
así? ¿Alguien sale beneficiado de este ritmo de vida? ¿Somos conscientes de lo
que perdemos y de lo que ganamos viviendo de esta manera? ¿Y de lo que pierden
o ganan los que están a nuestro alrededor?
Son importantes los encuentros, y a Jesús le gustan los
encuentros. Nos encontramos hoy en la sinagoga de Cafarnaúm. Y hoy ocurrirá
algo grande. La emoción será extraordinaria.
En la sinagoga Jesús enseña y actúa. En seguida los que
escuchan quedan sorprendidos por la manera de enseñar. Llega más y mejor a las
personas y lo que dice es convincente. El mensaje de Jesús es nuevo, fresco,
llega al corazón. La monotonía y el aburrimiento no existen para él. Habla, se
hace escuchar, convence y emociona. su pedagogía no es la de los maestros de la
Ley. Además, habla con autoridad. ¡Qué maestro!
Todos están atentos. Las palabras de Jesús llegan al corazón
de los oyentes. ¡Son palabras auténticas! No son palabras vacías. Son
coherentes con su vida; su mensaje va acompañado por su testimonio y por los
hechos. La autoridad de Jesús hace crecer la ilusión en el corazón de aquellos
que le escuchan. No quiere dominar, no los carga con leyes. viene a dar vida.
Anima a las personas. Los quiere librar de lastres inútiles.
La autoridad de Jesús es provocativa. El mal y el espíritu
del mal no pueden resistir la palabra salvadora del Maestro. Y la reacción
negativa no se hace esperar. El espíritu del mal no puede contenerse ante una
claridad tan luminosa. La tiniebla rechaza la luz. Por eso el poseído estalla
con violencia: "¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a
acabar con nosotros?". Aquí vemos el poder de Jesús. Él ha venido a
destruir el mal y a liberar a las personas. ¡Qué emoción había en la sinagoga!
Pero Jesús no tiembla. Su autoridad destructora del mal se hace más manifiesta
y enérgica: "Cállate y sal de él". Son unos momentos de fuerte
tensión. La comunidad aguanta la respiración. Profunda emoción y silencio
absoluto. ¿Qué sucederá? La fuerza de Jesús y su autoridad liberan a aquel
pobre hombre atrapado por el espíritu del mal. Y, en medio de aquella situación
tan tensa el mal de aquel hombre sale con violencia y gritando.
De nuevo el pueblo proclama que Jesús enseña con autoridad
una doctrina nueva. ¡Esto es fascinante! Los espíritus malos no pueden resistir
su autoridad y su magisterio. Él transforma a las personas y las libera.
Dejémonos penetrar por la Palabra de Dios y por la alegría de
creer en Jesús. Esta fuerza de Jesús en nuestra vida ha de ser capaz de
transformarnos para poder comunicar de palabra y con hechos nuestra profunda
convicción cristiana.
Seguro que en todas las casas de Cafarnaúm los hechos de
aquel sábado son objeto de comentario. Y todos se explican los detalles. Al ser
sábado no pueden salir de casa e ir al encuentro de Jesús, ya que la distancia
que se puede caminar es limitada en día festivo hasta la puesta del sol. El
evangelio de hoy ni agota la jornada de Jesús. Seguirá el próximo domingo con
el almuerzo en casa de Pedro y la curación de su suegra y después, al
anochecer, todos saldrán de casa e irán al encuentro de Jesús. Así lo comentaremos
dentro de una semana.
ENTRA EN TU INTERIOR
UN ENSEÑAR NUEVO
El episodio es sorprendente y sobrecogedor. Todo ocurre en la
«sinagoga», el lugar donde se enseña oficialmente la Ley, tal como es
interpretada por los maestros autorizados. Sucede en «sábado», el día en que
los judíos observantes se reúnen para escuchar el comentario de sus dirigentes.
Es en este marco donde Jesús comienza por vez primera a «enseñar».
Nada se dice del contenido de sus palabras. No es eso lo que
aquí interesa, sino el impacto que produce su intervención. Jesús provoca
asombro y admiración. La gente capta en él algo especial que no encuentra en
sus maestros religiosos: Jesús «no enseña como los escribas, sino con
autoridad».
Los letrados enseñan en nombre de la institución. Se atienen
a las tradiciones. Citan una y otra vez a maestros ilustres del pasado. Su
autoridad proviene de su función de interpretar oficialmente la Ley. La
autoridad de Jesús es diferente. No viene de la institución. No se basa en la
tradición. Tiene otra fuente. Está lleno del Espíritu vivificador de Dios.
Lo van a poder comprobar enseguida. De forma inesperada, un
poseído interrumpe a gritos su enseñanza. No la puede soportar. Está
aterrorizado: «¿Has venido a acabar con nosotros?» Aquel hombre se sentía bien
al escuchar la enseñanza de los escribas. ¿Por qué se siente ahora amenazado?
Jesús no viene a destruir a nadie. Precisamente su
«autoridad» está en dar vida a las personas. Su enseñanza humaniza y libera de
esclavitudes. Sus palabras invitan a confiar en Dios. Su mensaje es la mejor
noticia que puede escuchar aquel hombre atormentado interiormente. Cuando Jesús
lo cura, la gente exclama: «este enseñar con autoridad es nuevo».
Los sondeos indican que la palabra de la Iglesia está
perdiendo autoridad y credibilidad. No basta hablar de manera autoritaria para
anunciar la Buena Noticia de Dios. No es suficiente transmitir correctamente la
tradición para abrir los corazones a la alegría de la fe. Lo que necesitamos
urgentemente es un «enseñar nuevo».
No somos «escribas», sino discípulos de Jesús. Hemos de
comunicar su mensaje, no nuestras tradiciones. Hemos de enseñar curando la
vida, no adoctrinando las mentes. Hemos de anunciar su Espíritu, no nuestras
teologías.
José Antonio Pagola
ORA EN TU INTERIOR
En la celebración eucarística, seguro que nos sentiremos
también impresionados y conmovidos por la palabra y la acción de Jesús. Él,
también hoy, como siempre, nos preside y se hace presente en la eucaristía.
Deseémoslo con ardor y abrámosle nuestro corazón y, entusiasmados, sigamos la
fiesta con la profesión de nuestra fe, diciéndole que queremos amarlo y
seguirlo siempre.
ORACIÓN
Te rogamos, Señor, que, alimentados con el don de nuestra
redención, este auxilio de salvación eterna afiance siempre nuestra fe en la
verdad.
Expliquemos el
Evangelio a los niños.
Imágenes de Patxi
Velasco (FANO)
Imagen para colorear.
No hay comentarios:
Publicar un comentario