“YO SOY EL PAN VIVO QUE HA BAJADO DEL CIELO: EL QUE COMA DE ESTE PAN VIVIRÁ PARA SIEMPRE. Y EL PAN QUE YO DARÉ ES MI CARNE, PARA LA VIDA DEL MUNDO” (Jn. 6,51). Para tener vida dentro de nosotros necesitamos alimentarnos de Jesús, Palabra hecha Pan, nutrirnos de su aliento vital, interiorizar sus actitudes y sus criterios de vida. Este es el secreto y la fuerza de la Eucaristía. Entra, aliméntate de Pan y de Palabra y compártelo.
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