“llamó Jesús a los doce
y los fue enviando de dos en dos,
dándoles autoridad
sobre los espíritus inmundos.”
11 DE JULIO
XV DOMINGO DEL TIEMPO
ORDINARIO (CICLO B)
1ª Lectura: Amós
7,12-15
Ve y profetiza a mi
pueblo.
Salmo 84
“Muéstranos, Señor tu misericordia
y danos tu salvación”.
2ª Lectura: Efesios
1,3-10
Dios nos eligió en
Cristo antes de crear el mundo.
PALABRA DEL DÍA
Marcos 6,7-13
“En aquel tiempo, llamó Jesús a
los doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los
espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y
nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen
sandalias, pero no una túnica de repuesto. Y añadió: -Quedaos en la casa donde
entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os
escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa.
Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con
aceite a muchos enfermos y los curaban”.
Versión para América
Latina, extraída de la Biblia del Pueblo de Dios
“Entonces llamó a los Doce y los envió de dos en dos,
dándoles poder sobre los espíritus impuros.
Y les ordenó que no llevaran para el camino más que un
bastón; ni pan, ni alforja, ni dinero;
que fueran calzados con sandalias, y que no tuvieran
dos túnicas.
Les dijo: "Permanezcan en la casa donde les den
alojamiento hasta el momento de partir.
Si no los reciben en un lugar y la gente no los
escucha, al salir de allí, sacudan hasta el polvo de sus pies, en testimonio
contra ellos".
Entonces fueron a predicar, exhortando a la
conversión;
expulsaron a muchos demonios y curaron a numerosos
enfermos, ungiéndolos con óleo.”
REFLEXIÓN
El evangelio de hoy tiene relación con Marcos 3,14. Jesús
instituye en primer lugar el grupo de los Doce con un determinado fin (estar
con Él, enviarlos a predicar y expulsar demonios) y en un segundo momento se
produce el envío propiamente dicho. Su misión va a tener éxito, puesto que el
final del texto refiere que, en efecto, los discípulos enseñan, sanan y
liberan. Ahora bien, ¿por qué este éxito? Vamos a dirigir nuestra mirada hacia
las instrucciones. Jesús les dice que tomen únicamente un bastón y sandalias, e
insiste en lo que no van a necesitar. Esto no puede sino sorprender, ya que,
cuando se prepara un viaje, lo primero en lo que se piensa es en lo que hay que
coger. Es una manera de decir que lo verdaderamente necesario ya lo tienen:
haber sido elegidos y enviados por Jesús, y haber recibido (y gratis) su misma
autoridad y poder sobre el mal y el sufrimiento. El resto de las cosas son
secundarias.
Mirad, la tentación de cualquier creyente no es tanto el
ateísmo o la indiferencia ante lo religioso, como la de hacerse un dios a su
medida, a la medida de sus gustos y comodidades. La tentación de cualquier
religión no es desaparecer sino caer atrapada en las redes del poder, en los
criterios de normalidad cultural, del pensamiento imperante, el ser manejada.
Dios despierta, por medio de su Espíritu, vocaciones,
carismas y servicios. Eso que, habitualmente, llamamos pasión por algo. La
vocación de profeta, como todas, podía ser una salida profesional retribuida, o
podía ser una vida dura que, por la oposición de algunos, exigía vivir con
esfuerzo.
Si el profeta era fiel a Dios, una parte reaccionaba con ira.
Si decía lo que halagaba los oídos, se notaba demasiado su cobardía, era
despreciado. ¿Quién querrá asumir una tarea así?.
Amós, en medio de la sencillez de su vida: “…soy pastor y
cultivador de higos”, siente y escucha la llamada de Dios. Como Jeremías, como
otros, no se había planteado esa posibilidad, pero recibe la invitación y
responde que sí. Desde entonces su vida es otra. Apasionante y comprometida.
Intensa: “El Señor me sacó de junto al rebaño y me dijo: Ve y profetiza a mi
pueblo de Israel”.
Tener vocación es escuchar en lo más profundo de tu interior,
donde la propia personalidad se entiende como distinta, la invitación
pronunciada con un: ¡Ve! Una expresión entre seductora y exigente. Algo que se
intuye como prometedor y desafiante reto, atractivo e inquietante, pero sin lo
que ya no se entiende la propia vida. Los que hemos experimentado esta llamada,
y con tremendo miedo, hemos dicho como Samuel: “Aquí estoy, Señor, para hacer
tu voluntad”. Lo sabemos, como muchos de vosotros.
Porque, es sentir que
algo merece la pena, no porque hay una recompensa económica detrás, no porque
sea fácil su ejecución, sino porque la propuesta es interesante, engancha, es
una propuesta que ya ejerce la misma presión que un caramelo en un niño.
Hermana, hermano, nuestra comunidad, en cada Eucaristía que celebramos nos
transmite esa misma invitación: ¡Id!
Pero, mira, no vas de vacaciones, no prepares nada, sólo
déjate preparar por Dios, ve libre, sin ataduras, confiando en la hospitalidad
y en el corazón grande y solidario de las gentes que te encuentres en tu
camino. Deja todos los “por si acaso”. Eres peregrino, y el peregrino mete en
su mochila lo imprescindible, lo demás va a dificultar su camino.
Son muchas las cosas que pueden atarnos, muchos los señuelos
que nos pondrán en el camino, pero la llamada que Jesús nos dirige, tiene las
mismas connotaciones que las dirigidas a Amós, Pablo, Pedro y tantos, a lo
largo de la historia. Nos quiere libres, así Pablo se lo manifiesta a los
cristianos de Galacia: “Para que seáis libres, os liberó Cristo, vosotros
estáis llamados a la libertad…”
ENTRA EN TU INTERIOR
PARA UN EXAMEN COLECTIVO
Jesús no envía a sus discípulos de cualquier manera. Para
colaborar en su proyecto del reino de Dios y prolongar su misión es necesario
cuidar un estilo de vida. Si no es así, podrán hacer muchas cosas, pero no
introducirán en el mundo su espíritu. Marcos nos recuerda algunas
recomendaciones de Jesús. Destacamos algunas.
En primer lugar, ¿quiénes son ellos para actuar en nombre de
Jesús? ¿cuál es su autoridad? Según Marcos, al enviarlos, Jesús «les da
autoridad sobre los espíritus inmundos». No les da poder sobre las personas que
irán encontrando en su camino. Tampoco él ha utilizado su poder para gobernar
sino para curar.
Como siempre, Jesús está pensando en un mundo más sano,
liberado de las fuerzas malignas que esclavizan y deshumanizan al ser humano.
Sus discípulos introducirán entre las gentes su fuerza sanadora. Se abrirán
paso en la sociedad, no utilizando un poder sobre las personas, sino
humanizando la vida, aliviando el sufrimiento de las gentes, haciendo crecer la
libertad y la fraternidad.
Llevarán sólo «bastón» y «sandalias». Jesús los imagina como
caminantes. Nunca instalados. Siempre de camino. No atados a nada ni a nadie.
Sólo con lo imprescindible. Con esa agilidad que tenía Jesús para hacerse
presente allí donde alguien lo necesitaba. El báculo de Jesús no es para
mandar, sino para caminar.
No llevarán «ni pan, ni alforja, ni dinero». No han de vivir
obsesionados por su propia seguridad. Llevan consigo algo más importante: el
Espíritu de Jesús, su Palabra y su Autoridad para humanizar la vida de las
gentes. Curiosamente, Jesús no está pensando en lo que han de llevar para ser
eficaces, sino en lo que no han de llevar. No sea que un día se olviden de los
pobres y vivan encerrados en su propio bienestar.
Tampoco llevarán «túnica de repuesto». Vestirán con la
sencillez de los pobres. No llevarán vestiduras sagradas como los sacerdotes
del Templo. Tampoco vestirán como el Bautista en la soledad del desierto. Serán
profetas en medio de la gente. Su vida será signo de la cercanía de Dios a
todos, sobre todo, a los más necesitados.
¿Nos atreveremos algún día a hacer en el seno de la Iglesia
un examen colectivo para dejarnos iluminar por Jesús y ver cómo nos hemos ido
alejando sin darnos casi cuenta de su espíritu?
José Antonio Pagola
ORA EN TU INTERIOR
La tentación, de utilizar a Dios como escudo para nuestros
inconvenientes, es grande. Eso nos lleva a deformar su imagen de Padre y
hacerla parecer a lo que deseamos. Pero en el Dios cristiano hay una palabra
clave, confianza, confiar en un Dios que es Padre, que es Hijo, que es
Espíritu, que es Comunidad y Familia que son dos de los grandes dones que nos
regala.
Hermana, hermano, es muy fácil ser religioso al estilo de lo
que cada uno quiere. Es muy fácil construirse ídolos, falsos dioses que nos
encantan porque responden a nuestros gustos, cómodo y facilón. La fe religiosa
siempre necesita preguntarse sobre sí misma, ser sincera, crítica, honesta,
adulta y madura. Eso requiere un proceso y la ayuda de la comunidad en la que
siempre hay profetas.
ORACIÓN FINAL
¡Qué mejor oración,
que este himno cristológico de Pablo a la comunidad de Éfeso!.
"Bendito sea
Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de
Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la
persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e
irreprochables ante Él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de
Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su
gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en
alabanza suya. Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redención, el
perdón de los pecados. El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia ha sido un
derroche para con nosotros, dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Expliquemos el
Evangelio a los niños.
Imágenes de Patxi
Velasco FANO
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