domingo, 11 de octubre de 2020

18 DE OCTUBRE: XXIX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO A

 


“Pagad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”

18 DE OCTUBRE

XXIX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

DOMINGO MUNDIAL DE LAS MISIONES. DOMUND

1ª Lectura: Isaías 45,1.4-6

Llevo de la mano a Ciro para doblegar ante él las naciones.

Salmo 95

Aclamad la gloria y el poder del Señor.

2ª Lectura: 1 Tesalonicenses 1,1-5b

Recordamos vuestra fe, vuestro amor y vuestra esperanza.

EVANGELIO DEL DÍA

Mateo 22,15-21

“En aquel tiempo los fariseos se retiraron y llegaron a un acuerdo para comprometer a Jesús con una pregunta. Le enviaron unos discípulos, con unos partidarios de Herodes, y le dijeron: -Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad; sin que te importe nadie, porque no te fijas en las apariencias. Dinos, pues, qué opinas: ¿es lícito pagar impuesto al César, o no? Comprendiendo su mala voluntad, les dijo Jesús: -¡Hipócritas!, ¿por qué me tentáis? Enseñadme la moneda del impuesto. Le presentaron un denario. Él les preguntó: -¿De quién son esta cara y esta inscripción? Le respondieron: -Del César. Entonces les replicó: -Pues pagadle al Cesar lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.”

Versión para América Latina, extraída de la Biblia del Pueblo de Dios

“Los fariseos se reunieron entonces para sorprender a Jesús en alguna de sus afirmaciones.

Y le enviaron a varios discípulos con unos herodianos, para decirle: "Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas con toda fidelidad el camino de Dios, sin tener en cuenta la condición de las personas, porque tú no te fijas en la categoría de nadie.

Dinos qué te parece: ¿Está permitido pagar el impuesto al César o no?".

Pero Jesús, conociendo su malicia, les dijo: "Hipócritas, ¿por qué me tienden una trampa?

Muéstrenme la moneda con que pagan el impuesto". Ellos le presentaron un denario.

Y él les preguntó: "¿De quién es esta figura y esta inscripción?".

Le respondieron: "Del César". Jesús les dijo: "Den al César lo que es del César, y a Dios, lo que es de Dios".

REFLEXIÓN

El texto evangélico de hoy es muy conocido y, al mismo tiempo, difícil. Las últimas palabras las sabemos de memoria: “Pagadle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”. Los fariseos plantean a Jesús una cuestión política, no para aprender de él, sino para comprometerle, como tantas veces, y encontrar una ocasión y un motivo para poder acusarle.

“Pagadle al César lo que es del César…” Es de las pocas palabras de Jesús referentes a una cuestión política. Pero sin embargo, no se puede decir que estas palabras formen parte de un cuerpo de doctrina de Jesús sobre cuestiones políticas. Además, Jesús veía que sólo le pedían su opinión para hacerle quedar mal: ¡Hipócritas!, ¿por qué me tentáis? Sencillamente Jesús les dice que si la moneda es del César, deben darle al César lo que es de él. Ante la exigencia de cobrar los tributos por parte de quien gobierna, bien sabemos que tenemos que pagar el tributo o aceptar que nos lo retengan del sueldo. Sólo que en tiempos de Jesús quien cobraba los impuestos era una potencia extranjera, Roma, y los romanos, en el cobro de tributos, eran unos maestros.

Pero si en esta ocasión no dice gran cosa sobre cuestiones políticas, sí que hay una ocasión en la que Jesús expone su opinión muy claramente. Cuando ve cómo los discípulos no sienten vergüenza alguna en reclamar los primeros puestos, les dice muy claramente: “Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo. Igual que el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos.” Aquí sí que hay un pensamiento político. Se ve bien claro que Jesús no estaba conforme con el sistema despótico de los romanos y con el poder opresor de los dominadores.

“…y A Dios lo que es de Dios.” El salmo 126 nos lo explica: “Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles. Si el Señor no guarda la ciudad, en vano vigilan los centinelas”. Da mucha tristeza una ciudad sin Dios y una casa sin el Señor.

A Dios, hemos de darle lo que es suyo: nuestro corazón, nuestros pensamientos, nuestro amor, no porque podamos añadir nada a Dios sino para ser felices nosotros. Tenemos que hacer lo posible para que el conocimiento y el amor de Dios puedan llegar al corazón de todos: de los niños, de los jóvenes, de los mayores. “Tú estabas dentro de mí y yo por fuera te buscaba” se quejaba san Agustín: “¡Tarde te amé, oh hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé!”. Estas palabras del santo de Hipona pueden ayudarnos a actualizar las de Jesús en el evangelio de hoy: “Dad a Dios lo que es de Dios”.

No olvidemos que hoy debemos tener también presentes a tantas misioneras y misioneros que llevan la Palabra y el Mensaje de Jesús a todos los rincones de la tierra, a menudo, a costa de sus propias vidas. Todos esos países de misión, todos esos hermanos nuestros, necesitan nuestra oración y nuestra ayuda. Seamos especialmente generosos.



ENTRA EN TU INTERIOR

SON DE DIOS, DE NADIE MÁS

«Al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios». Pocas palabras de Jesús habrán sido tan citadas como éstas. Y ninguna, tal vez, más distorsionada desde intereses muy ajenos a aquel Profeta que vivió totalmente dedicado, no precisamente al Emperador sino a los olvidados, empobrecidos y excluidos por Roma.

El episodio está cargado de tensión. Los fariseos se han retirado a planear un ataque decisivo contra Jesús. Para ello envían a «unos discípulos»; no vienen ellos mismos; evitan el encuentro directo con Jesús. Ellos son defensores del orden vigente y no quieren perder su puesto privilegiado en aquella sociedad que Jesús está cuestionando de raíz.

Pero, además, los envían acompañados «por unos partidarios de Herodes» del entorno de Antipas. No faltan entre ellos terratenientes y recaudadores encargados de almacenar el grano de Galilea y enviar los tributos al César.

El elogio que hacen de Jesús es insólito en sus labios: «Sabemos que eres sincero y enseñas el camino conforme a la verdad». Todo es una trampa, pero han hablado con más verdad de lo que se imaginan. Es así. Jesús vive totalmente entregado a preparar el «camino de Dios» para que nazca una sociedad más justa.

No está al servicio del emperador de Roma; ha entrado en la dinámica del reino de Dios. No vive para desarrollar el Imperio, sino para hacer posible la justicia de Dios entre sus hijos e hijas. Cuando le preguntan si «es lícito pagar impuesto al César o no», su respuesta es rotunda: «Pagad al Cesar lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios».

Jesús no está pensando en Dios y el César como dos poderes que pueden exigir cada uno sus derechos a sus súbditos. Como judío fiel, sabe que a Dios le pertenece «la tierra y todo lo que contiene, el orbe y todos sus habitantes» (salmo 24). ¿Qué le puede pertenecer al César, que no sea de Dios? Sólo su dinero injusto.

Si alguien vive enredado en el sistema del César, que cumpla sus «obligaciones», pero si entra en la dinámica del reino de Dios ha de saber que los pobres le pertenecen sólo a Dios, son sus hijos predilectos. Nadie ha de abusar de ellos. Esto es lo que Jesús enseña «conforme a la verdad».

Sus seguidores nos hemos de resistir a que nadie, cerca o lejos de nosotros, sea sacrificado a ningún poder político, económico, religioso ni eclesiástico. Los humillados por los poderosos son de Dios. De nadie más.

José Antonio Pagola

ORA EN TU INTERIOR

Dios es el único Señor al que se debe rendir tributo de adoración. También los jefes de Estado tienen una autoridad superior a la que supeditarse.

Los cristianos fuimos llamados y elegidos por Dios mediante el anuncio del Evangelio y la indeleble marca del bautismo.

Es una hora difícil para el cristianismo, pero esperanzadora y apasionante, oremos al Señor para que sepamos encontrar el justo camino que salvaguarde los derechos de todos.

Preguntémonos en qué medida nuestra adhesión a la fe cristiana es un estímulo permanente al cambio de vida.

ORACIÓN

Señor, en mi bautismo, me constituiste en Sacerdote, Profeta y Rey. En este día mundial de la Evangelización de los Pueblos, más que nunca, con mi palabra y con mi vida, quiero ser apóstol, quiero anunciar tu Buena Noticia de Salvación para el hombre y para el mundo, quiero acercarme a mis hermanas y hermanos, las mujeres y hombres de mi tiempo, sobre todo a los más vulnerables, y decirle que les amo.

Hazme no sentirme ajeno a los sufrimientos, esperanzas, anhelos de mis hermanas y hermanos, hazme sufrir con el que sufre, llorar con el que llora, reír con el que ríe, que nadie me sea indiferente.

Expliquemos el Evangelio a los niños.

Imágenes de Patxi Velasco (FANO)

Imagen para colorear.



 


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