"Yo soy la puerta;
el que entre por mí quedará a salvo,
podrá entrar y salir y
encontrará pastos."
30 DE ABRIL: IV DOMINGO
DE PASCUA.
DOMINGO DEL BUEN PASTOR
1ª Lectura: Hechos de
los Apóstoles 2,14.36-41
Dios lo ha constituido
Señor y Mesías
Salmo 22
El Señor es mi pastor,
nada me faltará. Aleluya.
2ª Lectura: 1ª Pedro
2,20-25
Han vuelto ustedes al
pastor y guardián de sus vidas.
EVANGELIO DEL DÍA
Juan 10,1-10
“Sí, os lo aseguro: Quien no entra por la puerta en el
recinto de las ovejas, sino trepando por otro lado, ése es un ladrón y un
bandido.
Quien entra por la puerta es pastor de las ovejas; a
ése le abre el portero y las ovejas escuchan su voz. A las ovejas propias las
llama por su nombre y las va sacando; cuando ha empujado fuera a todas las
suyas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque conocen su voz.
A un extraño, en cambio, no lo seguirán, huirán de él,
porque no conocen la voz de los extraños.
Esta semejanza les puso Jesús, pero ellos no
entendieron a qué se refería. Entonces añadió Jesús:
- Pues sí, os aseguro que yo soy la puerta de las
ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos, pero las
ovejas no les han hecho caso. Yo soy la puerta; el que entre por mí quedará a
salvo, podrá entrar y salir y encontrará pastos. El ladrón no viene más que
para robar, sacrificar y destruir. Yo he venido para que tengan vida y les
rebose.”
Versión para América
Latina, extraída de la Biblia del Pueblo de Dios.
“Jesús dijo a los fariseos: "Les aseguro que el
que no entra por la puerta en el corral de las ovejas, sino por otro lado, es
un ladrón y un asaltante.
El que entra por la puerta es el pastor de las ovejas.
El guardián le abre y las ovejas escuchan su voz. Él
llama a cada una por su nombre y las hace salir.
Cuando las ha sacado a todas, va delante de ellas y
las ovejas lo siguen, porque conocen su voz.
Nunca seguirán a un extraño, sino que huirán de él,
porque no conocen su voz".
Jesús les hizo esta comparación, pero ellos no
comprendieron lo que les quería decir.
Entonces Jesús prosiguió: "Les aseguro que yo soy
la puerta de las ovejas.
Todos aquellos que han venido antes de mí son ladrones
y asaltantes, pero las ovejas no los han escuchado.
Yo soy la puerta. El que entra por mí se salvará;
podrá entrar y salir, y encontrará su alimento.
El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir.
Pero yo he venido para que las ovejas tengan Vida, y la tengan en
abundancia."
REFLEXIÓN
Las ovejas son, en el evangelio de Juan, el pueblo oprimido
por los dirigentes judíos. Estos son los ladrones y bandidos. Ladrones, porque
se apoderan de lo que no es suyo. Bandidos, porque utilizan la violencia para
someter a los más débiles.
El relato empieza precisamente por una referencia a esos
dirigentes, que debían ser pastores, pero que en realidad son ladrones y
bandidos. En el Antiguo Testamento hay referencias muy concretas, (sobre todo,
Ez 34,2-5), a esos pastores que en vez de cuidar de las ovejas, se pastorean a
sí mismos.
“Oyen su voz”. Una frase con profundas resonancias bíblicas.
Oír la voz del Señor es conocer y obedecer.
Jesús es el único que tiene derecho a entrar y salir. El
pastor entra para cuidar de las ovejas, no para explotarlas. Su voz es
liberadora. Las llama por su nombre, porque para él no existe la masa; cada una
tiene nombre propio. Cada ser humano único e irrepetible. Cada uno es necesario
para Dios y para el mundo.
Las que escuchan su
voz, salen de la opresión de la institución y quedan en libertad. Jesús no
viene a sustituir una institución por otra. No las saca de un corral para
meterlas en otro.
No son los miembros de la comunidad los que deben estar al
servicio de la institución ni de la autoridad. Es la institución y la autoridad
la que debe estar al servicio de cada uno.
En un mismo aprisco había ovejas de muchos dueños, por eso
dice que saca todas las suyas. Porque son suyas, conocen su voz y le siguen.
No podían salir por sí mismas del estado de opresión, porque
para ellas no había alternativa. Es Jesús el que les ofrece libertad y capacidad
para decidir por sí mismas.
Los dirigentes judíos son “extraños”, que no buscan la vida
de las ovejas, sino sus intereses. Ellos las llevan a la muerte. Jesús les da
vida.
No pueden ni quieren entender el simbolismo de la
comparación, porque les obligaría a salir de la situación de opresores.
Instalados en la institución, que aseguraba sus privilegios, no pueden aceptar
la denuncia de Jesús. Les obligaría a cambiar a una actitud de servicio y
liberación de la gente sometida.
Con el pretexto de un servicio a Dios, explotan a la gente y
se aprovechan de ella en benéfico propio. Pasa en todas las épocas.
“Camina delante de ellas”. Él camina delante y las ovejas le
siguen. Esto tiene más miga de lo que parece. Jesús recorrió de punta a cabo
una trayectoria humana. Esa experiencia nos sirve a nosotros de guía para
recorrer el mismo camino.
“Yo soy la puerta”. No
se refiere al elemento que gira para cerrar o abrir, sino al hueco por donde se
accede a un recinto. En el aprisco, el pastor que las cuidaba era la única
puerta. Por eso dice que es la puerta de las ovejas, no del redil.
Todos los que han venido antes, son ladrones y bandidos,
porque no han dado libertad y vida a las ovejas. Son tres los productos
interesantes de las ovejas: leche, lana y carne. Los pastores buscan ese
interés. A ninguno le interesa las ovejas”. A las ovejas tampoco pueden
interesarles esos pastores.
Entrar por la puerta que es Jesús, es lo mismo que
"acercarse a él", "darle su adhesión"; Lo que incluye
asemejarse a él, es decir, ir como él a la búsqueda del bien del hombre.
"Quedará a salvo", porque da la vida definitiva, y
el que posee esa Vida, quedará a salvo de la explotación. Él es la alternativa
al orden injusto. En Jesús, el hombre puede alcanzar la verdadera salvación.
"Podrá entrar y salir", es decir, tendrá libertad
de movimiento.
"Encontrará pastos", dice lo mismo que la expresión
ya conocida en Juan: “no pasará hambre, no pasará sed”. Así se identifica el
pasto con el pan de vida que es él mismo.
La Ley sustituida por el amor.
ENTRA EN TU INTERIOR
ACERCARNOS Y CONOCERNOS
Cuando entre los primeros cristianos comenzaron los
conflictos y disensiones entre grupos y líderes diferentes, alguien sintió la
necesidad de recordar que, en la comunidad de Jesús, sólo él es el Pastor
bueno. No un pastor más, sino el auténtico, el verdadero, el modelo a seguir
por todos.
Esta bella imagen de Jesús, Pastor bueno, es una llamada a la
conversión, dirigida a quienes pueden reivindicar el título de «pastores» en la
comunidad cristiana. El pastor que se parece a Jesús, sólo piensa en sus
ovejas, no «huye» ante los problemas, no las «abandona». Al contrario, está
junto a ellas, las defiende, se desvive por ellas, «expone su vida» buscando su
bien.
Al mismo tiempo, esta imagen es una llamada a la comunión
fraterna entre todos. El Buen Pastor «conoce» a sus ovejas y las ovejas le
«conocen» a él. Sólo desde esta cercanía estrecha, desde este conocimiento
mutuo y esta comunión de corazón, el Buen Pastor comparte su vida con las
ovejas. Hacia esta comunión y mutuo conocimiento hemos de caminar también hoy
en la Iglesia.
En estos momentos no fáciles para la fe, necesitamos como
nunca aunar fuerzas, buscar juntos criterios evangélicos y líneas maestras de
actuación para saber en qué dirección hemos de caminar de manera creativa hacia
el futuro.
Sin embargo, no es esto lo que está sucediendo. Se hacen
algunas llamadas convencionales a vivir en comunión, pero no estamos dando
pasos para crear un clima de escucha mutua y diálogo. Al contrario, crecen las
descalificaciones y disensiones entre obispos y teólogos; entre teólogos de
diferentes tendencias; entre movimientos y comunidades de diverso signo; entre
grupos y «blogs» de todo género…
Pero, tal vez, lo más triste es ver cómo sigue creciendo el
distanciamiento entre la jerarquía y el pueblo cristiano. Se diría que viven
dos mundos diferentes. En muchos lugares los «pastores» y las «ovejas» apenas
se conocen. A muchos obispos no les resulta fácil sintonizar con las
necesidades reales de los creyentes, para ofrecerles la orientación y el
aliento que necesitan. A muchos fieles les resulta difícil sentir afecto e
interés hacia unos pastores a los que ven alejados de sus problemas.
Sólo creyentes, llenos del Espíritu del Buen Pastor, pueden
ayudarnos a crear el clima de acercamiento, mutua escucha, respeto recíproco y
diálogo humilde que tanto necesitamos.
José Antonio Pagola
ORA EN TU INTERIOR
Buen pastor, vela con solicitud por tu rebaño y dígnate
conducir a las ovejas que redimiste con la preciosa sangre de tu Hijo, a las
verdes y eternas praderas de tu Reino.
Expliquemos el
Evangelio a los niños.
Imágenes de Patxi
Velasco FANO
Imagen para colorear.
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